En diez años los japoneses en Aguascalientes se han multiplicado: de 488 registrados en la Delegación Federal del Instituto Nacional de Migración en Aguascalientes en el 2007, ahora suman mil 143, es decir se agregaron 655 residentes, para un crecimiento promedio de 65 efectivos más por año, y con ello alcanzar el 43% del gran total de los extranjeros. Los norteamericanos, se han mantenido entre los 285 y los 294 durante estos años; España, aumentó sus residentes en 38 personas adicionales para que la colonia española rebase ahora los 200 habitantes.
Aguascalientes, después de la Ciudad de México y el Estado de Guanajuato es la entidad con más japoneses. El 12% de ellos reside en tierras hidrocálidas en donde se asientan el 11% de sus empresas. En la región que han denominado Diamante de México porque su vértice principal inicia en el Valle de México y se abre hacia el bajío y las ciudades de Guadalajara, San Luís Potosí y Aguascalientes, que al unirse con León y Querétaro dibujan una suerte de diamante… pues, en este espacio, cuya superficie abarca el 17% del territorio nacional, se encuentran tres de cada cuatro japoneses y siete de cada diez de sus empresas.
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Fuente: Elaboración propia con datos del Consulado General de Japón en León, Guanajuato
En Aguascalientes, al 2016, se tenían registradas por la embajada japonesa 119 compañías niponas, una cantidad superior a las existentes en 20 estados mexicanos, donde en promedio cuentan con cinco de ellas.
Fuente: Elaboración propia con datos del Consulado General de Japón en León, Guanajuato
Aguascalientes será la sede de la reunión de la Cámara Japonesa de Comercio e Industria de México, a celebrarse el próximo mes de junio, y congregará a más de 100 empresarios japoneses que tienen ya inversiones en este país. Será un foro para la atracción de más inversionistas japoneses, anunció el gobernador Martín Orozco Sandoval y el cónsul general de Japón en León, Yasuhisa Suzuki. El consulado General en León atiende las cuestiones relacionadas con los empresarios y técnicos japoneses que trabajan en los estados de Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Aguascalientes.
La investigadora Rebeca Padilla de la Torre entrevistó a una decena de japoneses en un trabajo académico sobre la estancia de éstos en la ciudad de Aguascalientes. Su visión a futuro es la siguiente: imaginan la ciudad en términos negativos; ven con preocupación la viabilidad de su permanencia, dada la creciente inseguridad, que para ellos siempre ha estado presente en México y que en Aguascalientes se apreciaba menor; pero se ha venido incrementando. El problema, como extranjeros, lo asumen como uno que debe ser resuelto por los ciudadanos legítimos.
El principal reto de los aguascalentenses, según le expusieron a la doctora Padilla, será encontrar equilibrio y armonía entre la tradición y la modernidad, en cuidar su ecología y sustentabilidad, sobre todo en el caso del agua. Consideran que “los locales no valoran suficientemente el espacio con que cuentan y el clima benigno, características que se traducen en riqueza”. Para ellos, “los mexicanos desperdician muchas de sus bendiciones y en aras de la modernidad quizá se queden en medio del camino, sin alcanzarla, pero sacrificando sus recursos naturales en el intento”. Como habitantes de la ciudad, extranjeros y de paso, no se reconocen como corresponsables de estos procesos. Sus empresas apoyan tareas de reforestación, pero el problema urbano se asume en todo momento como de ellos o de ustedes, en tercera persona, y no propio.
