Todos estos últimos meses hemos estado sometidos a un bombardeo de noticias, la mayor parte de ellas negativas, concernientes a cómo va a ser este año que comienza, y hemos observado que algunas de estas noticias desafortunadamente se han convertido en realidades.
Si bien es cierto que la problemática económica ha desplazado a la de seguridad, también lo es que aún no sabemos la efectividad de algunas medidas que se han tomado para evitar que la crisis sea más devastadora que en otros países, y los llamados a adoptar otras acciones se contraponen con algunas ya tomadas y otras que han sido propuestas. Esto nos lleva a reflexionar que no podemos seguir tomando decisiones, si antes no hacemos un análisis serio de la profundidad de esta crisis y, sobre todo, de la forma en que está impactando nuestra economía y la forma en que otros países están tratando de resolver sus problemas, y medidas emergentes de corto, mediano y largo plazo con la finalidad de acortar el tiempo de la crisis.
No es un secreto que el desempleo provoca no sólo una baja en las ventas y aumenta la cartera vencida en todos los niveles del mercado, por lo tanto, lo principal es conservar los empleos, pero si las plantas productivas dejan de vender y cobrar, tendrán forzosamente que despedir personal y reducir drásticamente sus gastos fijos. Esto es el comienzo del círculo vicioso de la economía; en este fenómeno hay un elemento altamente perjudicial y es el que las empresas con base en estudios a futuro, hagan despidos, antes de que realmente la crisis las esté afectando.
Hoy el Gobierno Federal ha puesto en marcha el “Acuerdo Nacional en favor del Empleo y la Economía Familiar” con 25 puntos, los cuales contemplan una inversión de más de 120 mil millones de pesos. Para hacerlo efectivo, hoy, debemos apoyar estas acciones, sobre todo supervisando que estos recursos lleguen a su destinatario propuesto y no se queden en el camino entre gestores o líderes que medran con estos fondos.
El Poder Legislativo acaba de inaugurar un foro denominado “México ante la crisis ¿Qué hacer para crecer?” en el cual ex presidentes de Europa y Sur América han sido invitados a exponer sus puntos de vista con respecto a esta crisis mundial -hasta hoy según los expertos la más profunda y peligrosa desde 1930-. Durante este ejercicio, destaca también la participación del gobernador del Banco de México, el secretario de Hacienda, así como algunos investigadores y economistas; todos ellos opinando de ésta crisis y de cómo podemos salir de este grave problema.
Considero que el Senado deberá hacer un análisis muy minucioso y serio de las conclusiones de este seminario y, en consecuencia, actuar con responsabilidad y privilegiando el interés nacional; hacer las modificaciones que le permitan al ejecutivo actuar con rapidez y eficacia para que salgamos lo antes posible de este problema mundial. Debemos así mismo escuchar a los representantes del sector productivo: empresarios, obreros, empleados e inversionistas, dentro de estos paneles, e incluir sus propuestas.
El sector empresarial manifiesta que defenderá el empleo y los próximos días anunciará un plan en seis ejes para buscar aguantar la presión económica. Han comentado que el hecho de que el Banco de México haya bajado 50 puntos la base de fondeo, no ha provocado que se reanude la inversión; y que el crédito bancario está escaso y caro. La inflación sigue siendo un factor de preocupación. Los negocios, al no tener acceso al crédito, trabajan con recursos de los proveedores. Algunas grandes empresas, por el resultado de sus estudios a futuro, aún antes del impacto de la crisis comienzan a despedir a sus empleados o les avisan que lo harán provocando un desánimo en el área laboral.
El poder Judicial deberá cuidarse de abogados deshonestos que, con tal de ganar dinero, provoquen con sus demandas estratosféricas y amañadas (no hemos modernizado la Ley Federal del Trabajo) el cierre de empresas, pues les es más fácil liquidar que enfrentar este cáncer de nuestro país; igualmente agilizar los juicios mercantiles, y sobre todo, que sea desterrada la corrupción, el cochupo y la indolencia para sobre todo dar certidumbre a la sociedad.
Los gobiernos de los estados deberán dar prioridad a la infraestructura, revisar el gasto corriente a la baja. Los municipios, en una búsqueda permanente, junto con el Estado y Federación, hacer realidad la simplificación administrativa y no estorbar al que trabaja y produce. Un verdadero ataque a la delincuencia en todas sus modalidades para que no inhiban la inversión y en particular el ataque frontal a la corrupción y la impunidad. Algo que la sociedad exige es la transparencia en los tres poderes y en los tres órdenes de gobierno.
Los sindicatos deberán, de una vez por todas, en ésta crisis, democratizarse y permitir que los obreros sean quienes decidan por las estrategias para conservar el empleo y su relación con su centro de trabajo y no por los intereses de camarillas ajenas a su fuente de trabajo; no permitir la corrupción que viene afectando al que se dedica a trabajar.
Estos son momentos en que la solidaridad, la subsidiariedad y la búsqueda del bien común deben de prevalecer no como principios sino como ejes rectores de nuestro quehacer. Son momentos en que todos tenemos algo qué hacer por los demás y al hacerlo nos beneficiamos, pues somos parte de una sociedad estructurada y vertebrada como una unidad social, económica y política.
Los empresarios piden revisión de sus insumos, sobre todo aquellos que provee el gobierno, y la revisión de los impuestos actuales. Por otro lado, piden apoyo económico para solventar la falta de liquidez o poder enfrentar compromisos de créditos o compras de capital de trabajo que cuando se hicieron el entorno económico no presagiaba esta crisis. Aquí debemos ser cautelosos, si por presiones no se toman medidas bien meditadas, y que no vulneren la capacidad del Estado para cumplir sus obligaciones hacia la sociedad, estaremos en el corto plazo con problemas más graves, lo que tampoco sería correcto es engañar de que no se puede rectificar alguna medida por no tener capacidad cuando sí se tenga.
Ante esta crisis, todos los países van a volver la vista hacia el proteccionismo, aún con tratados comerciales firmados, pues buscarán rehacer y fortalecer su mercado interno, buscando corregir las distorsiones que la corrupción o un exceso de apertura o la falta de cumplimiento a las leyes le hayan provocado. Hoy las fronteras serán cuidadas al máximo y las aduanas depuradas para evitar el grave daño a la economía doméstica que esto causa, por ello la corrupción y la impunidad deberán se desterradas en todas sus modalidades.
Este año 2009, en el calendario Chino, está representado por el Toro. Dice la tradición China que Buda, antes de morir, convocó a doce animales para encargarles el reino, y el Toro, por su fuerza y bravura, venció todos los obstáculos para llegar primero. La rata, al ver esto, se subió a la cabeza del toro y así llegó primero. El 2008 fue el año de la rata. Nos recuerda que se aprovecharon del esfuerzo de los demás para sus fines personales y que por sus ambiciones provocaron esta crisis mundial, la cual generará más pobreza y desigualdad en el mundo. Ojalá que el toro, la fuerza del trabajo, la nobleza, la bravura en la defensa del derecho de todos y la equidad, sea la divisa de este 2009.
