En la dinámica del encuentro de egresados de la carrera de Actuación, la experiencia se hizo presente, al destacarse puntos importantes, tales como los vacíos en el campo laboral al término de la carrera, lo que para Gerardo Jiménez Torres significa una “falta de creativos y especialistas”, mientras que para Luis Gerardo Olivares todo es cuestión de “animarse a hacer lo que te gusta”, y en la visión de Laura Silva, “es cuestión de una planeación definida”… lo trascendental es querer hacerlo.
El terreno laboral al que se puede incorporar un autor es variado, desde la integración a los medios de comunicación, como la realización de un proyecto particular; es decir, producir su propia idea, escenario que Jiménez Torres prefirió y que, a su decir, tiene grandes beneficios, porque se crea un teatro diferente.
Escenificaciones que tienen una identidad, debido a que poco están supeditadas a los programas de Gobierno del Estado, siguen un camino particular lo que las dota de independencia. “Para producir hay que tener necesidad…de hablar, de pararse en un escenario; es tener una convicción y seguirla, porque al salir de la escuela no hay nada más que tú y lo que puedas generar”, afirmó.
El actor es también un engranaje más del sistema, por ello deberá ejercerse como un gestor, “picar piedra y aguantar vara”, comprometiéndose a forjar los vínculos necesarios para logar una labor social, porque la demanda de profesionales de las artes está en crecimiento dentro de los medios de comunicación, la iniciativa privada y eventos especiales, argumentó.
Y es que el arte como una profesión tiene un doble sentido cuando se habla de que enseñar, por sí mismo es un arte; en el ramo de la pedagogía, Luis Gerardo Olivares destacó que su función adquiere un sentido más allá, porque al enseñar sigue aprendiendo, más cuando se trata de niños. Porque son ellos los que imaginan y crean, que acortan la brecha entre la realidad y la ficción; sin embargo, reconoció que desgraciadamente existen dos vertientes en la enseñanza de las artes: una para aquellos infantes con la posibilidad de acceder a clases de esta índole, mientras que otros simplemente esperan.
Dijo que a partir de la satisfacción interna del profesor, los pequeños que se adentran al mundo artístico tienen ciertas ventajas, como la maduración más rápida, controlan mejor sus impulsos, cuestionan las injusticias, tienen mayor capacidad de concentración y en general se vuelven más astutos.
En el tema de la búsqueda de oportunidades, Laura Silva comentó que llegó a convertirse en productora de televisión, lo que le parece una gran oportunidad con todo y el problema de la censura, que, dice, en ocasiones ha obstaculizado su trabajo, pero es la tenacidad que imprime en su persona lo que la lleva adelante.
Por jugadas del destino, llegó a ocupar un papel dentro de los medios de comunicación, además de participar en video producciones; a pesar de trabajar en televisión por coincidencias, dijo ver una utilidad muy grande en la tecnología para poder expresar ideas y sentimientos, tal como lo realiza un buen actor.
Aunque en su camino encontró problemas, “en primera por ser mujer y en segunda por ser mama”, a pesar de no haber estudiado comunicación, tiene una larga trayectoria en medios masivos y aseguró seguir en pie de guerra para continuar combinando el lenguaje artístico con los nuevos esquemas de transmisión en masa.
Con igual convicción, Angélica Jáuregui expuso sus experiencias a través de una historia hablada en tercera persona, donde relató su evolución como persona y profesional, subrayando que gracias a la formación como estudiante de teatro adquirió la sensibilidad social que se requiere para ser un periodista.
Trabajó en televisión, radio y periódico, lo que para ella adquiere un amplio significado, porque consiguió entrevistar a distintas personalidades del escenario político, económico y social, entre ellas al, a su decir, “actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador”.
