Luis Enrique Rodríguez
Ahora por pundonor no fue, los jugadores se entregaron en la cancha; futbol hubo, entrega también; la gente apoyó y aplaudió a los jugadores locales; pero, de nuevo, el público se fue sin poder celebrar una victoria del equipo necaxista, que si bien rompió una racha de tres derrotas consecutivas al empatar a dos goles con el Santos de la Laguna, sigue sin poder sumar de a tres unidades y se mantiene en el fondo de las tablas general y porcentual.
La gente, que acudió en mayor cantidad que en partidos anteriores, pero sin llegar a llenar la mitad del estadio, atestiguó otro gol tempranero en la cabaña necaxista, algo que se ha convertido en un dolor de cabeza para el conjunto de Aguascalientes en esta campaña, ahora fue Christian Benítez, quien a los seis minutos, en una rápida descolgada dejó atrás a los defensores y con un tiro colocado batió a Iván Vázquez, quien ocupó el lugar de Jorge Bernal debido a una molestia muscular del último.
El gol presagiaba lo peor, parecía una repetición de escenas anteriores, un equipo visitante que rápido se ponía en ventaja, ante jugadores que parecía no importarles lo que estaba sucediendo, pero poco necesitó Necaxa para volver al partido, pues tres minutos después, Alfredo Moreno, sacó un disparo sorpresivo desde la esquina derecha del área, que no entró a la portería por centímetros.
Necaxa recuperó la confianza y buscó emparejar el encuentro, para lo que primero se adueñó del mediocampo; por fin, al minuto 21, llegó el gol del empate, tras un saque de esquina que fue rematado por Diego Cervantes y que la defensiva santista salvó en la raya, la pelota llegó hasta el extremo derecho de la cancha, de donde salió un centro que Pavón bajaría con la cabeza, para que llegara Luis Omar Hernández a empujarla al fondo de la red.
El gol hizo que la tribuna despertara y abucheara los avances del equipo visitante, por desgracia, Santos también despertó y puso en peligro la meta de Vázquez en varias ocasiones, pero el portero necaxista logró contener de buena manera los embates.
Los jugadores del equipo local entregaron todo en la cancha, algo que la afición les reconoció y celebró en cada jugada; de hecho, el segundo gol necaxista se originó de una barrida de Eduardo Coudet, quien, al minuto 42, robó el balón, lo que permitió a Mario Pérez enviar un pase largo que peinó con la cabeza Carlos Pavón y que dejó a Alfredo Moreno encarando a la defensa rival para quedar sólo contra Oswaldo Sánchez, a quién batió con un punterazo a la derecha, cayó el segundo gol y la ilusión de una victoria se hizo presente.
El primer tiempo concluyó con la sensación de que Necaxa podría llevarse el triunfo, lo que ocasionó que por primera vez en mucho tiempo, la afición despidiera a los jugadores entre aplausos.
El segundo tiempo inició y se hizo evidente que la pausa de los 15 minutos le sirvió a Daniel Guzmán, técnico de los laguneros, para reacomodar al equipo, ya que a pesar de que Necaxa buscó irse al frente, logró enfriar rápidamente las acciones.
A los diez minutos de iniciado el segundo tiempo, Guzmán hizo ingresar a Matías Vuoso, a quien le bastaron tres minutos en el terreno de juego para emparejar los cartones, luego de que a un pase bombeado de Ludueña, Vuoso elevó el balón por encima de Iván Vázquez en la primera pelota que tocaba.
Vuoso se convirtió en una pesadilla para la defensiva local, que nunca pudo detener al bien llamado “toro”, pero a pesar de esto, no fue capaz de volver a mover el marcador gracias a las intervenciones oportunas de Iván Vázquez.
Carlós Pavón salió al minuto 80 entre aplausos de la gente, que reconoció su entrega y lo ubica como un posible ídolo del equipo, aparte de Alfredo Moreno, quien nunca dejó de correr y buscar el frente, al grado de casi lograr la victoria con un cabezazo en el último minuto, que fue bien salvado por Oswaldo Sánchez.
El partido terminó, y la gente se fue con frustración de no haber conseguido la victoria, pero por lo menos se vislumbró una breve mejoría, que tendrá que incrementarse en los partidos siguientes si es que Necaxa quiere mantener la categoría.
