El trabajo, la escuela, los hospitales públicos y la propia familia son los espacios propicios para la discriminación de las personas por tener una religión distinta, según los resultados de la primera encuesta de discriminación en México realizada por el consejo nacional para prevenir la discriminación (CONAPRED) y la secretaría de desarrollo social, en el 2005. Un estudio del 2008 realizado por el mismo consejo sugiere la realización de una encuesta nacional sobre el fenómeno religioso que esté enfocada a la detección de casos de discriminación.
Para el caso de las minorías religiosas, en el estudio del 2005, la muestra fue de 805 encuestas; el 80. 4 de los encuestados consideró que sí existe discriminación por su creencia religiosa; 21. 4 manifestó haber sido víctima directa de algún acto de discriminación por sus creencias; 17.2 vivieron esta situación dentro de sus espacios laborales. El 36 por ciento de los mexicanos no permitirían que en su casa viviera una persona de distinta religión a la suya.
El 37 por ciento opinó que es más difícil enseñarle valores a los hijos entre más religiones existan en el país y más del 50 por ciento cree que entre más religiosa haya mayores serán los conflictos sociales y aunque no lo parezca las personas que pertenecen al grupo minoritario de otras religiones fuera de la católica, poco más del 80 por ciento consideraban tener pocas o nulas posibilidades de mejorar su condición de vida, se sienten rechazados por la sociedad y creen tener menores oportunidades para conseguir un empleo.
De mayor a menor, ellos percibieron que sus tres mayores problemas son la discriminación, incomprensión y falta de trabajo; la percepción del 2000 al 2005 fue que la discriminación no disminuyó, más bien se mantuvo y en algunos casos fue en aumento.
En el 2008 la CONAPRED retomó el tema de las minorías religiosas, pero con un matiz diferente, a través de una investigación denominada “La invisibilidad estadística como base de la discriminación religiosa”, la intención fue evidenciar la falta de mecanismos de conteo eficaces que trajeran como resultado una perspectiva real del crecimiento de las religiones en el país y de manera alterna a las sugerencias hechas para el siguiente censo o conteo general de población, los investigadors propusieron la realización de una encuesta nacional sobre el fenómeno religioso.
Dicha encuesta debería tener en consideración una muestra de un tamaño lo suficientemente grande para identificar las confesiones religiosas incluso de los grupos más pequeños existentes en el país, aquellos que tengan como feligreses sólo unos cientos de personas.
En esta investigación se consideró que aplicar una herramienta de este tipo es de un alto costo por lo que la propuesta fue hacerlo en coordinación con los gobiernos estatales, destacaron el caso de Chiapas, Guerrero y Nuevo León donde incluso se cuenta ya con un presupuesto específico asignado para asuntos religiosos y mencionaron una lista aparte de estados donde existen dependencias gubernamentales dedicadas a este tema, entre los cuales no se encuentra Aguascalientes.
La única ocasión que se menciona al estado, en el cuerpo de la investigación es cuando hacen referencia en específico al estudio de Genarzo Zalpa que lleva por nombre Las iglesias en Aguascalientes, panorama de la diversidad religiosa en el estado, del 2003, como uno de los trabajos encaminados a dar un panorama de las religiones en una zona del país.
