Fueron de Veracruz, Jalisco y el Distrito Federal los cuatro niños y jóvenes ganadores de los primeros lugares en el noveno concurso nacional de ballet infantil y juvenil, de un total de 118 participantes de diferentes lugares de la república y que acudieron sólo por el gusto a la danza y el interés de competir.
Del 13 al 18 de julio, Aguascalientes fue sede de este concurso nacional organizado por la sociedad mexicana de maestros de danza, que tiene ya nueve emisiones y se ha realizado cada dos años. El próximo, entonces, será para el 2011.
El escenario se oscureció cuantas veces fue necesario para que cada uno de los niños y jóvenes participantes en cada categoría se preparara para hacer la presentación de su número de ballet. Los colores del escenario, los mismos vestuarios y las piezas musicales fueron tan variados como los mismos participantes. Algunos en su ejecución se mostraron muy seguros y otros, con un dejo de nerviosismo, no cesaron ante la imponencia de un escenario sobre todo para los niños más pequeños.
Hubo intervenciones muy clásicas, tanto en su música como en el vestuario y por otro lado hubo quienes mezclaron la fineza de los trazos corporales del ballet con música más moderna.
En la categoría A, la ganadora fue Ivana Bueno Garcés, de Córdoba, Veracruz; la categoría B se declaró desierta; en la C la ganadora fue María Contreras Palomar, de Guadalajara, Jalisco; en la categoría D hubo dos ganadores de primer lugar: fueron Mariana Isabel Layun Prado y Pablo Von Sternenfels Fiorito. Finalmente, la categoría E también se declaró desierta de primer lugar. El jurado estuvo conformado por Bonnie Mathis, bailarina directora del Boston Ballet II, Fernando Mora y Fleming Halby.
Antes de iniciar con la premiación, pero ya con todos los bailarines participantes en el escenario, Irasema de la Parra, directora general de la sociedad mexicana de maestros de danza, dijo sentirse muy complacida porque a través de este ejercicio se ha logrado el fomento a esta disciplina artística que requiere de constancia, dedicación y fuerza, además de aportar nuevas generaciones con la esencia de un espíritu sano.
Como bailarines invitados estuvieron, Diana León, Braulio Álvarez, Elisa Carrillo y Mikhail Kaniskin. Al momento de la premiación, Elisa dio unas palabras para los asistentes y fue motivador ver a una joven que buscó el sueño de llegar al extranjero a través de su dedicación a la danza y que es ahora solista en el ballet de la opera de Berlín, que a través de su breve intervención les inspiró a los niños y jóvenes la necesidad de luchar siempre por lo que quieran, saber de antemano que el camino es difícil, pero que siempre existen formas de sortear los obstáculos cuando los sueños son claros.
Destacó el papel que juegan los padres de familia, los profesores y los concursos como elementos externos, pero esenciales en la formación de un bailarín.
En el proceso de premiación hubo menciones, terceros, segundos y primeros lugares, además de la entrega de becas y apoyos económicos para algunos bailarines que podrán estudiar en diferentes escuelas de danza del país y el extranjero.
Como toda competencia hubo también lágrimas de aquellos niños que se prepararon para ganar y al final no recibieron quizá ni un reconocimiento, pero en esos momentos estuvieron ahí próximos sus padres para consolarlos y darles impulso para seguir en el camino.
