El grupo Las barbas de Zenaido nació por el gusto de la exploración sonora y como un homenaje a ese personaje urbano que todos los aguascalentenses conocen, pero que quizá no todos saben cómo se llama, el hombre de barba blanca y un morral colgado, promotor cultural, Zenaido Muñoz. Lo definieron como un proyecto flotante porque lo mismo tiene seis integrantes que cuatro o dos, se incluyen voces y se van, es parte del experimento sonoro y estilístico.
Hace aproximadamente un año y medio, un grupo de jóvenes que habían ya experimentado con la sonoridad a través de diferentes instrumentos el piano, la flauta transversa, batería y las innovaciones tecnológicas del uso de la computadora al servicio de la composición musical hicieron que naciera el proyecto de Las barbas de Zenaido.
Para ellos, la transformación del sonido es una aventura. Jesús Hernández es pianista, sus influencias musicales están sustentadas en pianistas que en los años 70 experimentaron con este instrumento, se sumergió en los compositores que analizaron el ruido como un fenómeno sonoro, la música repetitiva y el minimalismo, pero fue finalmente un concierto en el Festival Cervantino que lo hizo decidirse a experimentar con mayor profundidad los alcances del piano.
Jesús definió la música contemporánea, más que como ruptura como un acto de evolución pues las posibilidades que ellos han experimentado en cada uno de sus instrumentos siempre estuvieron ahí, pero nadie había pensado en la forma de explorarlo.
Cuando Jesús se encontró con Juan Pablo de la Rosa y los demás integrantes que en un inicio conformaron la banda se enriquecieron los procesos individuales de cada integrante, aprendieron mutuamente sus conceptos de música.
A Juan Pablo desde su formación académica le llamó la atención la flauta, pero él desde un principio buscó experimentar más allá de las capacidades monódicas, con una sola melodía, que tiene que escucharse bonito como en el siglo XVII y él busco vivir la aventura de la “desflautización” de la flauta.
Al inicio de su experimentación con los instrumentos se sumó el uso de la tecnología que permitía hacer sonorizaciones y transformar; la primera vez que él se presentó ante el público lo hizo con la manipulación de objetos sonoros no convencionales formando un dúo de flauta y percursión donde la esencia eran los ritmos africanos y en la flauta tocar melodías excéntricas.
La música de Las barbas de Zenaido es excéntrica tanto como el personaje al cual le rinde tributo el nombre de la banda, aunque Juan Pablo comentó muy claramente que este excentricismo es producto de un estudio que hay detrás de cada uno de ellos en la academia, ya que incluso estos nuevos lenguajes musicales están sustentados en investigaciones y esquemas.
Las barbas de Zenaido lo mismo aborda la música contemporánea de concierto que de las técnicas de clown, el uso de los objetos en el escenario, la integración del técnico de sonido como un participante más de la creación y el público mismo.
Juan Pablo definió a la banda como incluyente, pues en las ocasiones que han interpretado su música, asisten personas mayores de edad y jóvenes, hacen uso de todo lo que está a su alcance y cada uno de los elementos en la escena forman parte de sus interpretaciones.
Ellos en su experiencia musical han detectado a una sociedad ávida de escuchar nuevas interpretaciones musicales y eso les da la idea de que la música contemporánea por más excéntrica que sea en sí misma es una propuesta que es bienvenida por quien la escucha. Lo único que hace falta aquí es una cooperación entre los artistas y las autoridades para que como en otros estados se generen festivales dedicados exclusivamente a la música contemporánea y sus nuevas composiciones.
