Uno de los temas actuales importantes para la vida política del país, es sin duda, el que se refiere a la Reforma Electoral. En este caso, el balance de la misma, luego de la jornada electoral del 5 de julio pasado. En la Cámara de Senadores, como legisladores debemos tener una evaluación sobre el impacto que tuvieron en estas elecciones todas las reformas aprobadas por el congreso y cuya finalidad fue fundamentalmente dar legitimidad a las elecciones en todo el país y, sobre todo, evitar lo que se dio: la falta de equidad. La cual se vio truncada debido a que nosotros, los legisladores no tenemos controlado, entre otras cosas, por ejemplo, los recursos que invirtieron los gobernadores, Algunos de los cuales se convirtieron en auténticos virreyes. Esta situación es muy grave porque la contienda electoral se vuelve una lucha entre el gobernador y los partidos que no son gobierno en su estado.
Algo que probablemente afectó el ánimo del electorado, fueron los espots, los cuales, sin duda, en su mayoría aburrieron y fastidiaron. La gente quedó harta, e incluso el reparto de los mismos y su tiempo de transmisión, no gustaron ni a los partidos ni al mismo poder fáctico, o sea, las televisoras, pues fue obvia su manifestación de que quedaron muy inconformes con esta situación y de alguna manera nos cobraron la factura haciendo en algunos casos bloques completos de espots por lo cual el telespectador prefería cambiar de canal o de plano apagar el televisor.
En su momento, se habló mucho de que debíamos de buscar la manera de que se dieran dos o tres minutos para que se expusieran ideas y no se diera una abundancia de espots que finalmente fue más negativo que positivo en cuanto a la imagen política que se buscaba.
Otro tema interesante a analizar, es la prohibición constitucional para que las organizaciones gremiales o con objeto social diferente a la labor partidista, participen en la creación de partidos políticos y realicen afiliaciones corporativas, generando con esto liderazgos sempiternos cuya única finalidad, y lo hemos visto a lo largo de la historia de nuestra nación, es el de obtener y conservar prebendas y canonjías políticas y económicas viciadas desde su origen. Por ejemplo, esto sigue permeando en el criterio de la misma población, que el sindicato de maestros es la verdadera cara del Partido Nueva Alianza, y otros ejemplos de sindicatos u organizaciones que conforman partidos políticos hay muchos tales como los electricistas, telefonistas, mineros, agremiados a la CTM, la CROC, etc., por lo cual, los preceptos aprobados para evitar este tipo de situaciones, los propios líderes sindicales o de organizaciones sólo le dan la vuelta para seguir actuando igual burlándose de la ley, por lo que es importante que veamos hasta dónde realmente este cambio constitucional está funcionando.
Por primera vez en estas reformas electorales se establece la obligación de los partidos políticos en materia de transparencia y acceso a la información. O sea, que para los partidos políticos ya no existe el secreto bancario ni tampoco la conformación fraudulenta de constituir fideicomisos públicos. Cualquier tipo de manejo de sus finanzas deberá ser transparente hasta el último centavo; sin embargo, la realidad nos muestra que los partidos no han sido transparentes hacia la sociedad pues la voluntad del legislador es la de que la población sepa en qué gasta los impuestos cada partido político y no que encontremos dirigentes de partidos con maletas repletas de millones de pesos en efectivo como lo vimos en un aeropuerto días antes de la elección pasada. Estimado lector, la aportación de millones de pesos en efectivo, quiere decir sin duda alguna que dicho dinero tendrá como destino un fin no legal u oculto hacia la autoridad revisora del gasto. Precisamente son este tipo de situaciones las que de una vez por todas debemos de medir y sancionar de manera drástica.
Así mismo, ¿qué vamos a hacer con los que le dan la vuelta a los diferentes cargos de elección popular como es el caso de algunos precandidatos a la presidencia de la república que ya andan desde hoy participando en eventos con organizaciones seudo políticas para salir todos los días en los noticieros o en las revistas del corazón, en entrevistas que se reproducen en el radio y en la TV?. ¿Vamos a dejar así las cosas?, ¿no afecta a las campañas? o ¿vamos a tener que volver a revisar esto y corregir lo que se deba corregir?. Me parece importante que no perdamos de vista este rubro, que es simple y llanamente una burla a la ley electoral.
Tengo la impresión de que en muchas de las disposiciones de esta reforma electoral, los involucrados en ella en lugar de estar viendo cómo cumplirlas, están ideando cómo burlarlas. Y mire usted si no, en el rubro del registro de candidatos se exige a los partidos la equidad de género en las postulaciones a cargos de elección popular. Esta vez, y lo digo desde ahora, antes de que tomen posesión el día 1° de septiembre, existirán casos de mujeres que ganaron la elección – que no son del PAN- que van a renunciar para que su suplente, que es el que realmente querían los dirigentes de sus partidos resultaran electos… ¡entren! y lo van a ver, a dichas mujeres solamente las usaron para sus fines perversos. Esto lo tenemos qué denunciar, es una patraña perpetrada que están haciendo varios partidos violando el voto, engañando a los electores que votaron por ellas. Ya lo hicieron con los senadores: las mujeres que resultaron electas fueron obligadas a renunciar para que entrara la gente que empujaron las televisoras, por eso debemos legislar que el candidato que resulte electo no pueda renunciar. Ya basta de los políticos que andan brincando de puesto en puesto. Hay algunos que todavía no toman posesión y ya están pensando en otra candidatura. Estas reformas se hicieron pensando un mejor sistema electoral, en sus múltiples direcciones, prueba que marchamos en pos del respeto del voto ciudadano, que no hay verdades finales, no hay certidumbres definitivas y no hay metas insuperables. En política, estimado lector, la fuerza somete pero no convence. Crea víctimas pero no conversos.
