Del 20 al 23 de julio del presente año el Instituto Aguascalentense de la Juventud, (IAJU), llevó a cabo el concurso de debate político en su etapa estatal; la convocatoria fue abierta a todos los jóvenes, tanto de preparatoria y universidad como egresados hasta los 29 años, con la finalidad de llevar al joven ganador de cada categoría a la etapa nacional que se realizará próximamente en la ciudad de Villahermosa, Tabasco.
Los temas determinados en la convocatoria, para que los debatientes los pudieran preparar con anticipación, fueron los siguientes: libre mercado y proteccionismo, la existencia de espacios de participación de los jóvenes en los partidos políticos, la educación de los jóvenes con los medios de comunicación, el papel del IFE en las elecciones de 2009, efectividad de las políticas públicas para los jóvenes, reelección de legisladores y presidentes municipales, oportunidades de empleo para los jóvenes, la existencia de la equidad de género, obligatoriedad del servicio militar nacional, la objeción de conciencia, y la existencia de la pena de muerte.
Las eliminatorias se hicieron con debates de dos personas hasta llegar a los primeros lugares de las categorías que tuvieron concursantes: en la categoría B el ganador fue Alan David Capetillo Serna y en la categoría C fue Javier Arturo Haro Oteo; la mecánica del evento sorteó las parejas, los temas, y el debatiente que iría a favor y el que iría en contra. Cada debate se realizó con tres participaciones alternadas de cinco minutos por cada debatiente, en las que el participante exponía su posición en la primera y debatía con su contrincante en las dos siguientes intervenciones.
Los criterios de evaluación del concurso fueron los siguientes: conocimiento, profundidad y argumentación del tema, desenvolvimiento en el debate y capacidad de réplica.
El éxito del concurso estribó en una mayor participación de los jóvenes: de acuerdo al mensaje final del director del Instituto, Mario Álvarez Michaus, en la ocasión anterior la convocatoria la hicieron a través de los partidos políticos y los jóvenes que participaron fueron ocho; en esta ocasión en que la convocatoria se hizo abierta y en los centros de educación media superior y superior la participación se triplicó.
La importancia de un concurso de debate político como el efectuado por el Iaju, es fundamental en la educación y el desarrollo de la política y la democracia; enseña y prepara a las personas a confrontar y contrastar las ideas –en lugar de las personas-, enseña a conocer y aceptar que existe “el otro”, y que también tiene razones en la posición que defiende las cuales deben ser tomadas en cuenta.
Parte interesante de la mecánica del concurso fue que el debatiente podía estar en el tema sorteado tanto a favor como en contra, y que debía argumentar en ese sentido; el efecto de este ejercicio es que los debatientes desarrollan la “empatía”, por la que se ponen en los zapatos de cada posición y pueden ver y encontrar las razones por las que se puede sostener la posición a favor o en contra.
La conclusión a la que llega el debatiente con la mecánica de “a favor o en contra” es que en los temas puede uno ubicarse “con toda razón” tanto en una posición como en la otra; esta conclusión nos permite observar que en las posiciones políticas que toman los debatientes de los temas nacionales, frecuentemente podemos descubrir que se muestran a favor o en contra, no tanto por la construcción de un consenso que pueda conducir a un acuerdo nacional sino para defender la mera posición partidista, lo cual no permite pasar al nivel que la misma dialéctica señala, que es la síntesis construida con la tesis y la antítesis.
El significado de la conclusión la podemos explicar destacando que el debate nos permite ser empáticos con los contrarios; así podemos conocer sus argumentos y ponernos en su lugar, para encontrar las razones verdaderas de su posición las cuales debemos tomar en cuenta para construir el consenso y llegar a los acuerdos políticos nacionales.
Consecuentemente, un elemento primordial para el avance y desarrollo de un país es el de los acuerdos nacionales; el presupuesto básico para los acuerdos es el consenso entre todos los sectores de la nación, y para construir los consensos en la sociedad el medio indispensable es el debate político de lo que queremos y necesitamos, y qué tenemos que hacer para lograrlo.
Es frecuente que la vida de nuestra sociedad se polarice entre gobernantes y gobernados; el recurso de los gobernantes es utilizar la fuerza política para imponerse a los gobernados, “aunque no quieran”. Sin embargo, dejan de lado que el éxito de una sociedad en su desarrollo se da cuando logra tener un gobierno que le “corresponde” en sus necesidades y resolución de problemas, que significa que las fuerzas de la sociedad civil y la fuerza política del gobierno pueden estar alineadas y unidas en acuerdos “construidos” mediante el ejercicio del debate político nacional, por lo que el “empuje” de una sociedad organizada y ordenada resultará ser eficiente y efectivo.




