México está enfrentando actualmente el “shock” financiero más fuerte de los últimos 30 años, a la crisis financiera que se vive en todo el mundo, se le suma también una fuerte caída en los ingresos petroleros y en recaudación tributaria.
En días pasados la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través de su titular Agustín Carstens planteó ante el Senado de la República, el incremento al Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), pues a decir del funcionario, ha funcionado tan bien, que se debe reforzar; asimismo, anunció un incremento en los impuestos para 2010 a fin de compensar la caída de ingresos fiscales registrada en 2009.
Un incrementó a los aranceles, afectaría de manera directa a los ciudadanos, a los pocos contribuyentes a los que el fisco tiene amedrentados. Dicha medida generaría una ola de aumento en los precios de la canasta básica, la que ya de por sí, ha ido creciendo. La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) ha manifestado que durante el 2009 el alza se ha dado hasta en un 14.64%, pese a que el salario mínimo apenas subió 4%.
Sería catastrófico para la economía de las familias mexicanas un incremento en los precios, más aun cuando vemos que de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), el 60% de la Población Económicamente Activa sobrevive con dos o menos salarios mínimos al día, que equivale a que tienen un ingreso de cien pesos o menos, que se traduce en 3 mil pesos o menos al mes, sin embargo, el costear una canasta básica completa en estos momentos, implicaría gastar hasta mil pesos mensuales, nada más en los alimentos necesarios para una familia menor a 4 integrantes. De los 37 productos que conforman la canasta básica, únicamente 6 productos se mantuvieron al mismo precio que el año pasado y son los que entran dentro del esquema de primera necesidad.
Al terminar este año el Producto Interno Bruto mantendrá una caída cercana al 11%, pues el país literalmente dejará de generar riqueza, lo que se verá reflejado directamente en los empleos que habrán de generarse el próximo año.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pronostica que al término del 2009 se habrán perdido en México 500 mil plazas laborales y de no tomarse medidas económicas adecuadas la misma tendencia de desempleo se tendría durante el 2010, alargando la recesión económica hasta el 2011, lo que generaría un problema social de enormes magnitudes.
El desempleo en México llegó a un nivel récord, subiendo a una cantidad de 6.12% en julio, de acuerdo con datos del mismo INEGI esta situación no la veíamos desde 1929. Este fenómeno generó que el subempleo creciera en un 8.3%, superior a los niveles de poco más de 7% registrados en julio de 2008. Un nivel de desempleo de esa magnitud en México supera inclusive el nivel de desempleo visto en 1995, cuando el porcentaje de desocupación llegó a 5.8%.
La tarea para la LXI Legislatura es ardua, complicada y de mucho compromiso social. Las decisiones que se tienen que tomar necesitan de sensibilidad ante los problemas que enfrentan millones de mexicanos. Tienen en sus manos el poder de que tengamos la posibilidad de darle un respiro y una verdadera recuperación al país, pues no pueden permitir que la falta de voluntad y ocurrencias fiscales arrastren a los mexicanos a un boquete económico, del que tal vez, muchos no vuelvan a salir.
No tiene porque ser el pueblo mexicano el que pague los platos rotos, de la ineficaz política del autodenominado “Presidente del Empleo”, el mismo que no ha sido capaz siquiera de conservar los empleos que existían antes de su llegada, menos generar nuevos trabajos. Si no se tiene una buena política recaudatoria, es porque los contribuyentes no tienen para pagar ni las necesidades más apremiantes, menos los impuestos.
Se deben buscar medidas que permitan transitar más suavemente la crisis a todos por igual, y no subir los impuestos, pues estaríamos ante el atentado más brutal del Gobierno Federal a las familias mexicanas.
