Murió Óscar Polaco, investigador que fue iniciador de la arqueozoología en México, era biólogo de formación egresado del Instituto Politécnico Nacional, desde que egresó se relacionó con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, ahí conoció a Ticul Álvarez Solórzano con quien trabajó en apoyo a los arqueólogos que encontraban restos de animales.
Uno de sus primeros trabajos importantes fue en los vestigios encontrados en el Templo Mayor, de ahí se derivó el desarrollo de la arqueozoología y Polaco de ahí en adelante, se desarrolló en el ámbito de la conformación de guiones temáticos para diversos museos del país y fuera de él relacionados con el rescate de restos fósiles, se dedicó a la formación de nuevas generaciones de especialistas en esta área y se dedicó también a la divulgación de la ciencia.
Quienes lo conocieron se sintieron muy orgullosos de haber
compartido tiempo y conocimiento con él, es el caso del paleontólogo
Rubén Guzmán que lo conoció en 1987, en el INAH en la Ciudad de México,
a partir de ahí se hicieron amigos y desde aquel momento él asistió en
repetidas ocasiones a Aguascalientes para impartir pláticas, talleres,
exposiciones e incluso con el desarrollo de proyectos.
“Tiene muchas vertientes, como investigador, como maestro durante 30
años en el Instituto Politécnico desarrolló el potencial de personas
que ahorita son investigadores de primer nivel que trabajan en el INAH
o en el Poli”.
Una de las actividades que van a realizarse ahora después de su
muerte es la inauguración póstuma del museo Alfredo Dugés de Historia
Natural, en Guanajuato, donde Polaco invirtió mucho tiempo para
rescatar una colección científica del Siglo XIX, propiedad de un
naturalista francés del mismo nombre que tendrá el espacio.
“Lo que considero más valioso de Óscar es que a diferencia de la
mayor parte de los académicos o científicos en México, era una persona
sencillísima, siempre tenía tiempo para los estudiantes, los colegas y
los amigos”.
Entre los proyectos pendientes, quedó hacer un listado de la mega
fauna del pleistoceno, es decir todos aquellos animales que precedieron
la llegada del hombre, este trabajo lo estaba desarrollando con apoyo
de Joaquín Arroyo Cabrales; en Aguascalientes estaba pendiente un museo
de sitio den Tepezalá y un estudio de un sitio de huellas en San Juan
de los Lagos.
Más allá de los proyectos profesionales deja también un ejemplo del
divulgador de la ciencia, del luchador a nivel personal en su vida
porque además de haberle detectado cáncer, él tenía otra enfermedad una
distrofia lumbar crónica que era secuela de un accidente
automovilístico y nunca se quejó, siempre hacía todo con mucha
disposición.
“Era una persona excepcional, su sello personal era el buen humor, nunca se expresaba mal de alguien, era un señorón”.
Físicamente se queda su legado bibliográfico porque era un gran
coleccionador de libros de historia de la ciencia que todavía no se
sabe a quién podría donársele este acervo, después de que él se ha
marchado queda una ausencia en quienes lo quisieron y dentro del ámbito
de la ciencia todo lo demás será labor de quienes se quedaron aquí.
Descanse en paz, Óscar Polaco.




