- Atacaron el edificio de la comandancia y arrojaron tres granadas, dos explotaron
- Eran alrededor de mil casquillos los que estaban tirados en el pavimento
En lo que pareció una venganza de parte del crimen organizado, ayer por la mañana no menos de 15 sujetos, que viajaban en camionetas de lujo, atacaron con granadas y utilizando rifles presumiblemente AK 47 la comandancia de la policía municipal de San Francisco de los Romo.
Durante el ataque murieron tres elementos de la corporación y dos más resultaron heridos.
Fue alrededor de las 7:20 horas cuando arribó el grupo de asesinos a la comandancia municipal; ellos dispararon alrededor de mil cartuchos de armas largas lo que estaban tirados sobre un terreno baldío que llevaba a la comandancia. Dentro de la comandancia un policía murió y otro resultó gravemente herido, muriendo durante su traslado a un hospital en Aguascalientes; los infortunados respondían a los nombres de José Manuel Robles Prieto y Florentino Acosta Ruvalcaba.
Los presuntos asesinos arribaron por el lado norte, en vehículos grandes y de lujo, en su mayoría eran camionetas que dejaban ver a quienes conducían sin un pasamontañas o alguna prenda que ocultara el rostro. Pararon frente a la comandancia y comenzaron a tirar ráfagas de fuego incontrolables, al observar el pavimento había un sinfín de casquillos que demostraban el poder de cada arma accionada.
Esto podía corroborarse en las ventanas rotas y las paredes perforadas de los impactos que lograron alcanzar sólo a 2 elementos de seguridad pública que estaban dentro de la infraestructura, esto a pesar de que el momento del arribo de los sicarios era un cambio de turno.
Desde 300 metros adelante, la patrulla 00096 repelió el ataque, pero inmediatamente los agresores identificaron el origen de este fuego y contestaron impregnando cerca de 20 balas al vehículo, por lo que el policía Clemente Castorena Díaz de 41 años de edad bajó corriendo con la intención de perderse entre la maleza de un terreno baldío.
Pero su objetivo fue frustrado al encontrarse nuevamente con una ráfaga de disparos que lo obligaron a caer cerca de una portería de futbol llanero, ya en el piso, dos de las camionetas que integraban este grupo salieron del camino para arrollar al elemento de seguridad pública y poder percatarse nuevamente de que hubiera fallecido, según contaron los vecinos del lugar que presenciaron los hechos.
Paulatinamente la gente fue arremolinándose en el lugar, no sabían si habían explotado granadas, pero pudieron confirmarlo cuando personal del ejército militar los ahuyentaba lo más lejos posible para que pudieran hacer estallar uno de estos artefactos entre un grupo de costales de arena.
La comandancia está ubicada justo detrás del rastro municipal de San Francisco de los Romo, en la entrada de la ciudad. Y, detrás de estas instalaciones hay una preparatoria que tuvo que suspender sus clases porque la zona quedó resguardada por policías de todas las dependencias, estatales, federales y municipales.
En esta ocasión, el helicóptero fue un instrumento más, pero en el momento de las investigaciones y el levantamiento de indicios, las respectivas autoridades de seguridad no quisieron otorgar ningún tipo de información bajo el argumento de no contar con los detalles suficientes.
Mientras tanto, en los municipios aledaños también se desataba un amplio operativo de policías de las distintas corporaciones, quienes penetraban en los fraccionamientos más cercanos mediante un bajo perfil pero identificables por la forma de manejar el vehículo.
De esta forma, los vecinos seguían con las especulaciones y entre ellos podía verse la desesperación de una familia que veía a uno de sus integrantes tirado y arrollado por un grupo de más de 20 personas que acudieron a realizar el acto.
Lloraban, gritaban e incluso gritaban palabras altisonantes, como si con eso quisieran resucitar a su padre con una exclamación mayor, pero era tarde y los policías ministeriales levantaban el cadáver entre los llantos y la desesperación de una familia con visibles rasgos de escasos recursos. Una madre y dos hijas auxiliadas por sus familiares demostraban la impotencia del crimen perpetrado en San Francisco de los Romo, donde ayer “tuvimos un día histórico”, reflexionaba un lugareño.




