Son Festivales de Cine e Internet ventanas al cine independiente, ante los obstáculos de la distribución en México, para filmes que no son comerciales o de procedencia norteamericana, manifestó Yulene Olaizola, durante su visita a Aguascalientes para presentar su opera prima “Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo”
“Son las ventanas que nos están dando oportunidades de hacer cine, son los festivales que cada vez están creciendo, tanto en México como en el mundo y se están volviendo prácticamente la forma de exhibir las películas” apuntó la directora, ya que es cada vez más importante el número de personas que acuden a estos eventos propiciando el incremento de los espectadores de cine independiente, que no se encuentran normalmente en la cartelera comercial.
Dijo que el Internet es otro espacio importante que se está abriendo tanto para los cineastas mexicanos como del mundo, en lo que ya se puede descargar “pirata” diversas producciones independientes. Señaló que lo ideal de la utilización del Internet como medio de distribución, sería que se por una cantidad de dinero se pudieran descargar las películas de manera legal, para continuar apoyando a los productores, distribuidores y directores de las cintas para que sigan produciendo cine de calidad.
La ganadora de 26 premios nacionales e internacionales por su documental sobre la relación entre un inquilino excéntrico y su casera, en una casa de huéspedes en la Ciudad de México. Consideró que el cine mexicano está viviendo un repunte importante, sobre todo por la cantidad de producciones que se están logrando al año y los reconocimientos internacionales que se han logrado de los directores mexicanos, pero dijo, “lamentablemente justo esos cineastas, son los que no se reconocen ni se ven en el país, no tenemos salidas comerciales en México, terminamos siendo unos desconocidos, porque nos conocen afuera pero aquí en realidad no saben quiénes somos”.
La cineasta refirió que el problema de la distribución en México tiene que ver con las altas esferas políticas y económicas del país, que no permiten que el mercado se abra y se distribuya entre más personas, “hay unos cuantos que están haciendo millones como los dueños de las exhibidoras, que no dejan que el cine se diversifique”.
Por lo que se está ofreciendo un sólo tipo de cine para el espectador acostumbrándolo a pedir solamente ese cine, excluyendo a otras alternativas en ocasiones de mayor calidad en todos los aspectos.
Por otro lado, señaló, está el tema del tratado de libre comercio que México firmó con Estados Unidos donde quedó establecido que las películas “gringas” que entran al país no tienen que pagar un solo impuesto por presentarse aquí y el consumidor mexicano, considerado entre los 10 en el mundo de mayor consumo, el único cine que ve es el norteamericano. ”Entonces a estas películas gringas no se les exige que dejen nada en el país, sino que vienen acaparan todas las ventanas de distribución y se van sin dejar absolutamente nada al país, y eso no se puede hacer que cambie con movimientos de cineastas o distribuidores, sino que esto tienen que cambiar a través desde las leyes”.
