Sobre el orgasmo femenino se han dicho muchas cosas sin conocer. La absurda distinción entre orgasmo vaginal y clitorídeo proviene de especulaciones que tienen más de un siglo, cuando los conocimientos sexuales científicos eran muy primitivos. De hecho, los primeros estudios sobre la fisiología del orgasmo sólo se realizaron en los años 60, del siglo XX, por Masters y Johnson.
Existe la idea, tanto en hombres como en mujeres, que es más fácil llegar al orgasmo a través de la estimulación del clítoris, ya que la vagina no es quizá el área más sensible, sin embargo el clítoris no es tampoco el centro del placer y sensibilidad sexual femenina.
La mayoría de mujeres jamás tienen orgasmos debido a la penetración del pene, y muy pocas parecen estar alarmadas por este hecho. En lugar de eso, siguen mintiendo y fingiendo frente a los hombres, básicamente porque es mas cómodo que enfrentar la realidad, quizá por temor a herir los sentimientos y virilidad de la pareja, otras veces porque hablar de lo que no nos gusta y sobre todo en materia sexual, implica romper con una serie de ideas preconcebidas y falsas creencias que dan una pseudo-tranquilidad a nuestra vida sexual, sin embargo lo único que se consigue es sentirse cada vez más infeliz, insatisfecha y alejada de la pareja; deteriorando la comunicación y posiblemente el amor que exista entre ambos, lo que finalmente termina por alejarlos, y no sólo a los extremos de la cama.
Hablar de orgasmo vaginal o clitorídeo, no es sólo responsabilidad de la mujer. Francamente para muchos hombres es fácil creer que las mujeres disfrutan del sexo tanto como ellos. ¿Qué hay entonces alrededor del mito del orgasmo vaginal vs el orgasmo clitorídeo?
Esta queja común de no poder alcanzar un orgasmo vaginal en cada relación sexual unido a la idea de que no puede existir un orgasmo sin que el clítoris sea estimulado directa o indirectamente nos ha llevado a creer “sencillamente,” que hay mujeres incapaces de tener orgasmos vaginales, y sobra a quien volcarle la culpa: la mala información, falsos mitos, traumas infantiles, incapacidad biológica, nula estimulación, inadecuadas posiciones sexuales, escasa comunicación en la pareja, el resultado inevitable se dice, un mal amante, o bien una mujer frígida, y podemos continuar con la lista indefinidamente.
No existe aún evidencia biológica que sustente esta idea y en el plano psíquico nos encontramos en las mismas, pero no todo el panorama es tan pesimista. Es más fácil explicar porque algunas mujeres si lo consiguen, -el orgasmo-, partiendo de ello, quizá nos podamos acercar un poco a la respuesta del por qué otras no lo logran.
En el año 1950, el ginecólogo alemán Ernst Grafenberg, descubrió una zona dentro de la vagina que al ser estimulada podía causar orgasmos intensos a las mujeres, de ahí surge el nombre de punto G, que en realidad no es exactamente un punto sino una zona rugosa rica en terminaciones nerviosas, que se encuentra aproximadamente a cinco centímetros de la entrada de la vagina, esto sólo en algunos casos. Hay mujeres en las que no se unen las terminaciones nerviosas responsables del placer en una sola zona, sino que se distribuyen en las paredes vaginales, por lo cual se dificulta un poco mas tener el ansiado orgasmo vaginal.
Alcanzar el orgasmo, ya sea vaginal o clítorideo depende de la combinación de varios factores tanto biológicos como emocionales e incluso sociales.
Lo principal es el bienestar sexual, y por si solo un orgasmo jamás te lo dará. Las caricias, el jugueteo previo, las fantasías, posturas y sobre todo la comunicación con la pareja, abren la puerta a la sensibilidad, el placer, salud y bienestar de una sexualidad responsable y disfrutable. Abrirse al placer, puede ser el primer paso para llegar al él. Salud. n
