Pocas horas antes de que Carlos Lozano fuera ungido como candidato del PRI a la gubernatura de Aguascalientes, otro suspirante vociferaba ante los micrófonos sus amenazas, el presidente municipal aseguraba que de no ser elegido vendría el diluvio. En entrevista colectiva, Gabriel Arellano aseguraba, con la contundencia de los elogios venenosos, confiar en la inteligencia de Beatriz Paredes para que el resultado del proceso de elección lo beneficiara. Para sustentar sus calenturas, el Señor de los Puentes no tuvo reparo en simplificar la historia de manera tal que todo lo beneficiara. En su síntesis lo que ocurrió en otros estados y en otro tiempo, valieron como ejemplo para demostrar que él era la mejor opción como candidato.
Por supuesto, además de reiterar su fe en la presidenta del CEN del PRI, elogiaba la “modernidad” de la sociedad de Aguascalientes, de manera que todas las piezas encajaran para subrayar el peligro que corría su partido de no elegirlo, dijo el presidente municipal refiriéndose al proceso de selección: “las cosas se tienen que hacer bien, o por convicción, o por conveniencia, estados como Aguascalientes, con una sociedad moderna, con una sociedad inteligente, ya no aceptan imposiciones, mientras se dieron imposiciones en Aguascalientes, se perdió, no se nos olvide, que antes de que yo ganara, teníamos doce años perdiendo, porque había habido decisiones directas del CEN, lo que le llaman dedazo. Cuando ha habido dedazos como en Zacatecas, que el candidato era Monreal y hubo un dedazo, después él fue el gobernador. En Chiapas hubo dedazo y en lugar de que fuera el que la gente quería, después él fue gobernador. En Tlaxcala sucedió lo mismo, los dedazos, estamos viviendo en el siglo XXI, entendamos, la gente, las personas son las que deciden, y no un cúmulo, un grupito, un grupúsculo de quienes deciden tu futuro, ¿sabes qué es lo peor?, que muchos de ellos ni siquiera viven aquí, y lo mismo les da, lo mismo les da hasta ganar o perder, yo por eso creo totalmente y tengo fe ciega en que Beatriz Paredes es una mujer que merece todo mi respeto y sabe hacer las cosas bien”.
Poco después, en la sala de prensa del PRI los cortesanos gritaban “unidad, unidad” cuando anunciaron los resultados de la encuesta que decidió que Lozano será el candidato priísta. Mientras eso sucedía, el vociferante matinal, Gabriel Arellano, se escondía en un restaurante con la otra perdedora, Lorena Martínez, para esbozar el Plan B.
Todo lo anterior es absolutamente anecdótico, en unos días se olvidará, al ser una finta, las declaraciones de Arellano no cuentan con los elementos de un buen discurso, es decir, volverá el Señor de los Puentes a declarar su amor a la ciudad de Aguascalientes, enfatizar que su compromiso es con el municipio, hasta que en recompensa a la sumisión, el PRI le otorgue un pase como candidato al senado o a una diputación.
La disposición de las cartas del PRI en Aguascalientes señala que Lorena Martínez será candidata a la presidencia municipal, los enormes espectaculares que la venden como “una nueva política” adquirirán un nuevo sentido al dirigir su objetivo a ganar la alcaldía de la ciudad, la entrega de limosnas que hace la suspirante, las declaraciones edulcoradas en las que anuncia su amor por la “gente buena”, todas las notas pagadas que la muestran como un paladín justiciero preocupado por el bienestar de niños, jóvenes y mujeres, ahora, tendrán como objetivo ensalzar sus cualidades para ocupar la silla del palacio de gobierno municipal.
Durante los últimos meses los lectores de noticias hemos sufrido la diarrea verbal de los suspirantes, sus amenazas, los rounds de sombra con que anuncian que tras ellos el diluvio, que al final no tendrán ningún sentido porque ambos suspirantes ya tienen su Plan B, uno en que tendrán que bajar la cabeza y comer sapos ante los gritos de “unidad, unidad”. En ese plan, ninguno sale perdiendo, se mantendrán en la seguridad de comer del erario mientras apuestan a la desmemoria.
¿Qué más da la enorme cantidad de recursos económicos, de tiempo desperdiciados en alabarse?, ¿qué más da que hayan anunciado el apocalipsis de no ser beneficiados como candidatos a la gubernatura?, a fin de cuentas en los únicos que no se piensa es en los ciudadanos que van a votar por ellos, como no tenemos memoria, en unos días los veremos cambiar de discurso como las víboras de piel: sin consecuencias.
¿No era Carlos Lozano un peligro para Aguascalientes?, ¿no se supone que representa al peor priísmo, que es corrupto, que en él residen todos los males de la vieja escuela?, así nos lo vendieron Lorena y Gabriel, sin embargo la próxima foto es la de ellos alzando las manos de Lozano en una muestra de cariño partidista, el día de mañana se dedicarán a elogiar al candidato con la misma convicción con que antes lo denostaron.
Ninguno de los dos renunciará a un cargo público, ninguno cumplirá con la secuencia lógica de sus palabras, porque para ellos esos discursos son noticia vieja, lo importante es la foto de mañana, con la que echarán a la basura todas sus convicciones para elogiar a su representante, con la esperanza de que algún día les tocará estar en el centro de la imagen.
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