- Apenas 600 laboran en situación regular, con permiso de Dirección del Trabajo
- Se trata de menores de escasos recursos procedentes de toda la región, que abandonan sus estudios
Este año, 2 mil 300 niños de Aguascalientes festejarán su día en el trabajo, entre ellos, los 39 menores que el DIF estatal detectó hasta el lunes pasado laborando en actividades de la Feria de San Marcos y de los cuales sólo unos 600 lo hacen en el sector formal y con el permiso correspondiente de la Dirección General del Trabajo (DGT).
Esas son las últimas estadísticas que el sistema de Desarrollo Integral para la Familia (DIF) estatal tiene calculadas tras la aplicación, por tercer año consecutivo en este 2010, del operativo conjunto con otras dependencias gubernamentales, cámaras empresariales y sindicatos obreros para vigilar el respeto a los derechos de los niños y evitar el trabajo infantil durante la verbena abrileña.
Según refirió la directora de desarrollo familiar, Anette Álvarez Ramírez, la mayoría de los niños que insertos en el mercado laboral de Aguascalientes forman parte del sector informal y el motivo de que trabajen es que por propia voluntad colaboran al sostén de sus familias, pues provienen de familias pobres.
Álvarez Ramírez señaló que cerca del 80 por ciento de todos estos menores de 18 años compaginan el trabajo con los estudios y son de Aguascalientes, por lo que realmente casi todo el tiempo que trabajan coincide con sus vacaciones escolares.
Pero el otro 20 por ciento ha abandonado las aulas principalmente porque vienen acompañandos a sus padres, procedentes de otros estados de la región, como Zacatecas, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Distrito Federal y el Estado de México a laborar también en la informalidad; “de alguna forma, sus papás van de feria en feria y los niños no pueden estudiar”.
Generalmente se trata de niños en edades de primaria y secundaria, dijo, pero este año, como parte del seguimiento que dentro de la Feria correspondió al DIF estatal, se ubicó al trabajador más pequeño con cinco años, mientras que los mayores tenían ya casi 18.
La funcionaria detalló que el procedimiento que se sigue es, una vez identificado el niño que trabaja, obtener toda la información referente a él y levantar una cédula que se pasa a la coordinación de trabajo social del mismo DIF. Luego, la Procuraduría de la Defensa del Menor hace una entrevista con los padres y el niño y, en caso de encontrarse que éste es obligado a trabajar, se da vista a la Procuraduría General de la República (PGR) para que inicie la investigación correspondiente.
En caso contrario, se les dan a conocer y se les invita al integrarse a los programas de regularización con que el propio DIF u otras instancias cuentan para su educación; en el caso de los que son de otros estados, se les vincula con los DIF de aquellas entidades para que les den seguimiento.
Aseguró que en todos los casos, hasta ahora, la respuesta de los padres y de los muchachos ha sido favorable: los menores se reintegran a los estudios y sus padres son respetuosos de sus derechos; sin embargo, también hay otros casos: los de adolescentes que aún no alcanzan la mayoría de edad, que se rehúsan a continuar estudiando “porque no les gusta la escuela”. Hasta esta fecha, concluyó, ninguno de los casos ha llegado a instancias judiciales.