- Este fue el libro con el que la autora se hizo acreedora al premio Villaurrutia
- En un estilo de poesía narrativa, López Mills cuenta una historia de vida propia
Muchos han sentenciado ya en más de una ocasión que hay realidades que superan la ficción, en algunos casos esas experiencias especiales sirven como inspiración para una creación literaria, ese fue el caso de la muerte donde está inspirado justamente el libro Muerte en la Rúa Augusta de la poeta Tedy López Mills, una especie de poesía narrativa presentado en Aguascalientes como parte de las VI Jornadas de Poesía.
Fue justamente un hombre de edad avanzada, de origen alemán que era parte de un grupo de turistas, en la Rúa Augusta, una de las más importantes de Lisboa, López Mills bajada por ahí también como una turista y de pronto presenció el desvanecimiento del hombre en plena vía pública, a causa al parecer de un ataque cardiaco, el hecho la impactó de tal forma que entonces decidió hacer una historia alrededor de aquel desconocido que perdió la vida frente a sus ojos.
Con su formación de poeta, y con las ganas de narrar; esa doble intención la llevó a indagar en una de las tantas vetas de la poesía, combinada en este caso con la narrativa. El personaje principal de la historia es Gordon Smith que se refleja a través de los personajes que lo rodean en este caso su mujer, su vecino, el jardinero, el Anónimo, quien es la muerte.
Todos estos personajes lo rondan y forman parte de un tejido que es su vida, esa que se gasta en sorbos pero también plasma en los cuadernos, sus libretas de colores donde tiene guardado lo que es él y lo conversa como en voz alta, quien lee el texto puede darse cuenta de los pensamientos más profundos y propios del que parece el autor, pero al mismo tiempo el protagonista de la historia.
Gordon Smith es ese ser humano que pudiera ser cualquier otro, cada existencia con un tinte muy particular. “Vivir muy limpiamente, cada hora, cada minuto, cada segundo, la conciencia limpia y transparente y el cuerpo seco calcando la conciencia, sin tiempos muertos, así lo imagino yo”, dice López Mills en este texto.
Los fragmentos incluidos en el texto y la propia historia que luego de algunos comentarios con la autora, el lector puede darse cuenta de que el personaje central está compuesto por varios a la vez, tiene un poco del padre de López Mills, algo de su tío, figura el jardinero vecino del tío y gente que en realidad nunca conoció aquel desconocido alemán que cayó muerte en una calle de Lisboa.
El hecho de nombrar a la muerte como Anónimo y su forma de conducirse ante el protagonista pone a cualquiera a preguntarse en qué momento llega para cada quien esa presencia que parece imperceptible y de pronto se vuelve muy clara, ahí detrás, esperando para hablarle al oído a cada ser humano para en cualquier momento decirle que juntos emprenderán un viaje al que nadie más puede asistir porque es sólo una cosa de amigos, una cosa de dos.




