- Encuentros cercanos del tercer tipo
- Les faltaron acarreados
- Llega a legislar en sandalias
Encuentro ¿casual? Ayer, luego del arranque de campaña de los candidatos del PAN, de todos, menos a la gubernatura, los panistas decidieron ir a comer a un restaurante dentro del perímetro ferial.
Aseguran algunas personas que estuvieron presentes, que ya estando sentados el presidente del PAN local, Arturo González; el presidente nacional, César Nava; el candidato a la alcaldía, Fernando Herrera; el senador, Santiago Creel y Martín Orozco, candidato aún sin registro, cerca del restaurante apareció una “ola roja” de priístas que venían acompañando a Carlos Lozano, y Manuel Cavazos Lerma, candidato y representante del PRI a la gubernatura respectivamente.
No cabe duda que cuando se trata de estrategias mediáticas todos los rencores quedan detrás, pues sin importar que González ha llamado narcotraficante a Cavazos y que Cavazos ha llamado delincuente a Orozco y que Orozco ha culpado a Lozano de querer frenarlo a toda costa y que Lozano se ha burlado de Orozco, en el restaurante, todos, diplomáticamente, al menos, se dieron un apretón de manos.
Los priístas intentaron hacer creer que el encuentro fue una muestra de que el dirigente panista se reunió con el candidato priísta por espacio de 20 minutos “en secreto”, versión que de inmediato fue desmentida por los panistas, que aseguraron, que cuando menos, el encuentro fue “fortuito”.
A juzgar por las fotografías, se ve que el encuentro no cayó nada bien al panista Orozco, que aparece con gesto de pocos amigos al darle la mano a Lozano. Y a juzgar por esas mismas fotos, y la gran sonrisa que se cargaban los priístas, parecería que el encuentro fue provocado por éstos.
El mensaje, que el priísta Lozano quiso dar, parece ser, fue de civilidad, luego del error de cálculo cometido por el panismo al tratar de bloquear el ingreso de Lozano al debate el jueves pasado con gritos y sombrerazos.
La verdad, parece ser, que el PRI provocó el encuentro para tratar de mandar algún mensaje, no sabemos cuál, porque el que enviaron no parece ni siquiera verosímil. Cualquier persona que ha estado cercana y no tan cercana a los sucesos de esta contienda, sería difícil de convencer de que Lozano y Nava tuvieron un “encuentro cercano”.
Por cierto, que el arranque de la campaña panista no fue lo multitudinario que se esperaba, logrando reunir, si acaso, unas 2 mil personas en la plancha de la plaza principal, a pesar de los varios camiones de “acarreados” que llegaron al centro de la ciudad.
Ahí sí, deberían aprender a los priístas, que son expertos en llenar plazas a tortazos y pepsicolazos, en eso sí, nadie les gana y no fallan.
Y al puro estilo de Scorsese en “los inflitrados” hay rumores cada vez más fuertes de que grupos de priístas estarían trabajando para el PAN y a la inversa, que grupos de panistas están trabajando para el PRI. Todos inconformes con los resultados de sus respectivas selecciones (dedazos) internos.
Versiones hay de que los grupos de los cuatro equipos de campaña (Lozano, Lorena Martínez, Orozco y Herrera) en reuniones privadas han cruzado acusaciones sobre presunto trabajo “sucio” de unos y de otros para promover el voto diferenciado para la elección de julio.
Y no sólo eso, entre los equipos ya empieza a oler el tufillo de que entre sus filas “hay topos” que filtran información sobre los eventos de unos y otros, lo que ha provocado ver a panistas cerca de los eventos del PRI y a priístas que “adivinan” los movimientos del PAN. ¿Y la mentada unidad? Eso es lo malo de no llegar con partidos fuertes que controlen a los grupos, sino más bien con fisuras que crecen al menor golpe.
De ese tamaño están las cosas y esto apenas empieza.
En la primera semana de actividades del Congreso a Vicente Pérez Almanza le han rechazado al menos cuatro iniciativas de reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo.
Pero el diputado con licencia ni suda ni se abochorna. Nomás les pidió a sus compañeros que “le hicieran el paro” y las desecharan cuando él ya no estuviera presente; de todos modos, es seguro que no regresa a la legislatura, pues si no queda de presidente municipal, de segurito le toca una pluri como regidor.
El que hizo coraje fue César Cervantes Mena, a quien se le adelantó el domingo al viernes, día en que se presentó en el Congreso de shorts, sandalias y playera tipo polo, lo que le valió la crítica por parte de algunos reporteros y la burla de sus compañeros con comentarios como que venía llegando de Vallarta o peor, cuando se fue de prisa al terminar la sesión, porque según los diputados “dejó la lancha estacionada en doble fila”.
