- Recibieron asesoría de funcionario del Instituto Mexicano de la Propiedad Intectual
- Buscaban denominación de origen, pero ésta no les garantizaba la exclusividad
Más de dos mil productores de guayaba de Calvillo buscarían registrar ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) una nueva marca colectiva que les permita frenar en la medida de lo posible la entrada de fruta de otros estados y su exportación a Estados Unidos como procedente de la entidad, favoreciendo las ventas de su producto.
Como parte de las mesas de trabajo que desde hace un mes vienen realizando con comisiones unidas de fortalecimiento municipal, fomento cooperativo y desarrollo agropecuario, los dirigentes y algunos de los 2 mil 400 miembros del Consejo Estatal de la Guayaba recibieron asesoría por parte del coordinador del departamento de signo diagnóstico de la protección de la propiedad intelectual de ese Instituto, Gerardo Betanzos Romero.
Aunque la idea original de los productores guayaberos era conseguir la denominación de origen, para impedir la mezcla o confusión del producto local con el de Michoacán, Zacatecas y Estado de México, Betanzos Romero explicó que “el camino más viable sería una marca colectiva” porque “el titular son directamente los productores a través del Consejo; ellos serían los titulares. En el caso de la denominación de origen, el titular es el estado mexicano”.
Asimismo, diferenció que bajo la figura de la marca colectiva son sólo sus dueños quienes pueden explotarla “bajo las condiciones que ellos mismos establezcan”, mientras que la denominación de origen “se rige por una Norma Oficial Mexicana (NOM)” a la que tendrían que estar sujetos “todos los productores de guayaba, no nada más los de Calvillo”.
Para que tenga una marca colectiva, el IMPI otorgaría al Consejo Estatal de la Guayaba la “exclusividad” en el uso y explotación de la imagen y el nombre, que a la fecha y hasta 2015 los guayaberos tienen registrada como “Frutiguay” y con eso ganaría que otros productores no pudieran utilizarla o bien, que si llegaran a hacerlo, pudieran ser sancionados; sin embargo, admitió, son ellos los que deberán permanecer vigilantes ante la entrada de fruta de menor calidad que, denuncian, existe.
“La intención de la marca colectiva es hacer prevalecer la calidad del producto; es decir, que si ellos están comprometidos a utilizar esa marca, están comprometidos también a hacer prevalecer la calidad del mismo producto; no nada más es el hecho de ostentar la marca, sino de darle una garantía, para que así se encuentre ligada la marca con la calidad del producto”, indicó.
Para que el Instituto registre una nueva marca, Betanzos Romero calculó un tiempo de entre cuatro y ocho meses, pero dado que los productores de Aguascalientes ya cuentan con la marca registrada, ese tiempo podría acortarse.




