El gusto de los mexicanos por el teatro cantado o la ópera es un gusto que viene de antaño, llegó con los franciscanos, en aquellos tiempos se usó para evangelizar, luego se diversificó para darle paso al melodrama.
Lo que es una realidad dijo el especialista en teatro, Édgar Ceballos, es que a las personas durante toda su vida les gusta que le cuenten historias, en todas partes, de todo tipo y el teatro cantado narra a través del canto y la actuación vidas de otros que siguen siendo vigentes. Este especialista fue invitado por el Foro cultural La Musa con motivo del onceavo aniversario para dar una conferencia sobre los orígenes de la ópera.
“Lamentablemente México no registra ni lleva una memoria, yo le llamo la memoria del olvido que es lo que caracteriza a México, sin embargo si nosotros queremos conocer el descubrimiento de la Callas en México, paradójicamente los discos compactos están en Francia, todas nuestras grabaciones de nuestra memoria de Bellas Artes”
El esfuerzo que en Aguascalientes está haciendo el Foro la Musa y en particular el grupo de Amigos de la Ópera es una de resurgimiento de promoción del teatro cantado que de igual forma se está dando en otros estados de la República sin que se pusieran de acuerdo entre sí. Este tipo de teatro ha sido muy popular desde el Siglo XIX, en México, especialmente al hablar del “género chico” que es la zarzuela. Para los autores de zarzuela, este país fue referencia para estrenar sus obras y después llevarlas a Europa.
La cantidad de personas que asisten a las presentaciones de teatro musical indican el nivel de gusto que las personas tienen por el teatro cantado que es mucho más antiguo que la ópera en sí misma. Esta manifestación artística fue en primera instancia resultado de un descubrimiento del hombre, luego vino el encuentro con la naturaleza, la religión y la idea de hablar con los dioses a través del canto porque esta era la forma en que ellos se comunicaban.
Esta perspectiva religiosa del teatro cantado sobrevive hasta la fecha en las manifestaciones de las iglesias. Cada religión aunque son distintas entre sí, tienen en común el canto como una vía de comunicación con la divinidad, además de permitirle a los recién integrados a esa nueva religión visualizar a través de una escenificación ciertos pasajes de esta creencia.
“El cristianismo primitivo se apropió de los cantos de las religiones paganas que unos días atrás (…) se apropian de cánticos y de ahí va a empezar una nueva forma de relación del hombre con la música, empiezan a cantarle a su dios cristiano con los himnos que eran de Osiris, de Apolo, de Safo”.
Luego de esta etapa religiosa vino un momento donde sacan el teatro cantado de los templos para hacer las escenificaciones en la calle a este género lo nombraron escolástico, posteriormente los venecianos descubrieron que estas representaciones las podían hacer en lugares cerrados y cobrar por ellas, fue en México según dijo Édgar Ceballos, donde existió el primer corral que era el espacio cerrado donde se hacia la representación teatral.
La manera en que este género proliferó en México fue a través de los actores que viajaron desde España “contratados” como criados y al llegar a la Nueva España se dedicaban a hacer representaciones en diferentes lugares. A propósito del bicentenario dijo el especialista, debería recordarse que fue en 1828, cuando se estrenó en América Latina una compañía de ópera con El barbero de Sevilla interpretado por Manuel Vicente García, cantante de ópera e inventor del laringoscopio; en México fue raptado por los bandidos de Río Frío y “obligado” a cantarles a ellos y sus familias por dos noches.
El teatro cantado comenzó hablando de los dioses, luego se suavizó y comenzó a hacerse satírico, era una parodia de las tragedias aquellas donde intervenían los seres superiores, luego de este género viene la comedia que llega al máximo de la burla de todo lo que acontece. Esta es una época del teatro laico donde se cuentan historias de hombre que mueren por sus damas, casadas ellas a su vez con otros caballeros que quizá no aman.
El teatro cantado como las demás artes ha pasado por diferentes tendencias mejor conocidas en su momento como “ismos”. Para el teatro el mayor auge fue en el Siglo XX, luego de eso llegó el desamparo, el callejón sin salida y por ende la experimentación.
Aunque hubo quienes se empeñaron en hacer ver que la ópera era un género elitista, la verdad es que está al alcance y para el gusto de todos, para ejemplo mencionó los nombres de algunas de las calles de una de las colonias más populares en la ciudad de México, Peralvillo donde hay calles con el nombre de tenores y barítonos, esto luego de la época de Porfirio Díaz que cambió la política y los partidos por el arte. La ópera es lo mismo para los catrines que para los “amantes del trabajo”.
Aunque la ópera ha estado vigente a lo largo de la historia, es realidad que existió un periodo de resurgimiento, según Ceballos debido a los subtítulos que ha permitido a una gran cantidad de gente poder disfrutar de las óperas sin tener que hablar italiano, latín o francés, mientras ve en la pantalla a una maldita cigarrera seduciendo a don José.
Una de las razones principales por las que el teatro en cualquiera de sus modalidades ha sobrevivido aún con la llegada de las nuevas tecnologías es justamente esa necesidad de contar y escuchar historias, los hombres las devoran, el teatro y la ópera ha servido como un instrumento para saciar esta avidez.
