La alta calidad de los participantes para la cuarta edición de La bienal de dibujo y pintura Enrique Guzmán determinada por los propios jurados, permitió que además de los premios para las dos ganadoras hubiera nueve menciones honoríficas para los participantes cuyas obras fueron las más sobresalientes. Esta fue la gran noticia de la noche de premiación de esta emisión de la bienal realizada anoche en el Museo de Arte Contemporáneo número 8.
Los jurados Patricia Henríquez, Francisco Franco Leñero y Juan Coronel Rivera, además de reconocer la calidad hablaron de la copiosa participación de los artistas y para reconocer la calidad de la participación sugirieron a los organizadores que incrementen el número de estímulos y el monto para las próximas emisiones.
Las ganadoras de esta emisión fueron Alondra Alonso Álvarez con su obra denominada Escalamiento del fenómeno que muestra una exacerbada agresión y Fabiola Carachure Sámano con Primer contacto; la primera de ellas egresada y la siguiente aún estudiante del octavo semestre de la licenciatura en Artes Visuales que después del anuncio y la entrega de los reconocimientos en papel fueron felicitadas por los ahí presentes.
Como lo había anunciado Marel de Lara, directora del Museo, estuvieron en el lugar muchos de los participantes que estaban ansiosos por saber si ellos habían sido los elegidos, para formar parte de las 66 obras de la exposición, del total de las 140 de 72 artistas que se inscribieron para esta emisión.
Para Fabiola Carachure el punto de partida de su inspiración para crear Primer contacto fueron todos aquellos objetos cotidianos, cosas que se coleccionan, artículos significativos en la vida de las personas, cómo se deposita valor en ellos y de qué manera van formando parte de la vida de cada quien.
“Yo puse a partir de mi experiencia personal todos los objetos que he conservado, que me gustan por su apariencia física para tratar de plasmarlos como en una base de piedra simulando como si se acabara nuestra era”.
La idea no tiene que ver propiamente con la idea de las pinturas rupestres que son también un testimonio del pasado, es más bien un registro de lo que hay ahora sin ser propiamente una analogía de como en la época prehispánica se dejó también un registro. El acomodo de las pequeñas piezas de piedra no está relacionado con una cuestión conceptual sino más bien es cuestión de composición.
Esta fue para Fabiola, la segunda ocasión en que participaba en esta convocatoria pero hace dos años no ganó premio alguno, ni mención especial.
Como estudiante comentó que lo más importante, más allá de la preparación académica es el nivel de participación de los estudiantes como parte de su formación y también afuera, en las convocatorias y organizando exposiciones en espacios alternativos. Los resultados para ellos tal vez no sea tan claro un avance significativo, pero con el paso de los días se va consolidando su carrera.
En cuanto a la exposición de esta cuarta bienal, en las obras predominaron mucho los rostros en diferentes técnicas, con expresiones y colores muy diversos, había también obras abstractas, animales. De manera especial en esta emisión de la bienal hubo un artista invitado que en este caso fue Moisés Díaz con unos grabados en madera.




