- Todos somos más diversos de lo que en realidad parece
La Universidad por su propia naturaleza debe ser un espacio dedicado per se al fomento y defensa de la diversidad en cualquier ámbito, desde los más altos mandos hasta los estudiantes deben convertirse en guardianes de la diferencia para hacerla valer dentro de este espacio donde se supone hay libertad. Estas fueron algunas de las reflexiones de los catedráticos invitados a un panel con motivo de las Jornadas para celebrar el día de los Derechos Universitarios, en la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Al panel fueron invitados, Jesús Eduardo Martín Jauregui, Marcela Martínez Roaro, Mauricio List Reyes y Mauricio de Jesús Polina Cano; en el programa inicial estaba también contemplado el presidente de la Federación de Estudiantes de la UAA, Abner Abed Ramos Michaus, sin embargo no estuvo presente.
El tema central de la mesa fue La discriminación dentro de la Universidad, donde uno de los primeros argumentos fue que todos los universitarios deben conocer sus derechos para entonces hacerlos valer y con esto disminuir el ejercicio de la discriminación que se presenta con más de un rostro y de manera muy específica afecta a grupos muy específicos como las mujeres o las personas del grupo de la diversidad sexual.
Para quienes están involucrados con el tema de la diversidad sexual es muy importante que ahora por lo menos sea un aspecto que sí se contemple pues hace unos años no se hablaba siquiera y no es que no hubiera personas con una preferencia sexual distinta de la heterosexual, sólo que no se hablaba.
La discriminación tiene muchas caras, el comentario sutil, el desdén, el chiste; en todos estos casos hay una dosis de no aceptación de los diferentes, teniendo en consideración que las distinciones se refieren a todos los ámbitos, no sólo la preferencia sexual, la forma de vestir, la ideología, las prácticas personales. La discriminación se origina por una incapacidad de las personas para reconocer que “somos más distintos de lo que en realidad creemos”.
La diversidad es más cotidiana de lo que parece, cuando las personas tienen esta capacidad pueden vivir con más cordialidad con los demás, las simples presencias diferentes no bastan para vivir en respeto sino que debe promoverse a través de una disposición de los directivos, los académicos, los profesores y los mismos estudiantes para generar un ambiente de inclusión. Hace falta educar en el respeto y la inclusión del otro.
Mauricio List felicitó a los jóvenes que están trabajando el proyecto de fomento de la diversidad a través del cual han posicionado el tema como parte de las acciones realizadas por la propia Universidad y debiera ser una labor que otras universidades apliquen.
Por su cuenta Mauricio de Jesús Polina Cano, fue estudiante de la UAA y ahora es maestro, él es discapacitado y por su condición de “diferente” ha vivido la discriminación de las personas pues hay quienes que en lugar de ver sus capacidades miran sólo sus discapacidades.
Sin duda alguna por esas mismas diferencias, las personas tienen el derecho a “rechazar” ciertas prácticas y actitudes del otro siempre y cuando esto no implique la violación de los derechos del otro.
Finalmente en las conclusiones de los participantes se habló de la necesidad de educar en el respeto, en la diferencia y la obligación de los sujetos discriminados a tener una acción contundente para exigir su espacio, aprender a disentir y saber que no se trata de tolerar sino de respetar.




