Una vez más, casi un mes después de la reunión que tuvieron los activistas con el presidente Calderón, se celebró también en el alcázar del Castillo de Chapultepec una reunión con los integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, reunión que al igual que la anterior dejará secuelas, análisis y exámenes de conciencia de muchos temas que me parece debemos darles la cara y resolver o explicar lo que está pasando en unos, porque no pasó nada en otros.
Se pidió el pedir perdón a las víctimas y a sus familias, en lo que estamos de acuerdo; se constató el debilitamiento de las instituciones; el que la delincuencia haya permeado a las policías de los tres niveles; y algo grave: el estar exponiendo a las fuerzas armadas permanentes a un desgaste y a la demagogia de grupos de piel muy sensible. Ya vimos que al señalamiento del Secretario de Marina, Francisco Saynez Mendoza, no faltaron los que se rasgaron las vestiduras en lugar de analizar por ejemplo a esos grupos políticos que buscan que las fuerzas Federales se retiren de Michoacán, Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo Leo, -entre los principales- propiciando que se deje a la delincuencia “trabajar en paz”.
En este diálogo creo que algo de lo más importante fue que se ha llegado al acuerdo de que debemos abordar todos los temas pendientes en las cámaras legislativas, pero sobre todo el que expliquemos al pueblo de México el por qué durante este diálogo se comprometieron nuestros coordinadores a dar cauce a las minutas que envió el Senado a la Cámara de Diputados, entre ellos la de Seguridad Nacional a la que de acuerdo a varias opiniones ha quedado descartado su aprobación. ¡Increíble que sin consultar a el pleno se llegue a esa conclusión! y sobre todo cuando por ganar tiempo y gastar dinero se “inventaron” una serie de consultas en eventos realizados en varios Estados. Y como ejemplo fidedigno le comento que la Bicamaral de Seguridad Nacional sólo organizó uno en el Senado, y ahora se decide que ya no se aprobará.
Creo que esto es una irresponsabilidad, sobre todo ahora que tenemos una agenda paralela que va a definirse en los medios de comunicación y no en la Gaceta Parlamentaria.
Me parece correcta, muy correcta, la posición de nuestro Coordinador el Senador, José González Morfín en donde manifiesta que el objetivo principal de los senadores es que tenemos que trabajar para que nuestro país sea una Nación en la que prevalezca el Estado de Derecho; un país en que las leyes sean el límite de nuestras acciones y sobre todo que fortalezcamos a nuestras instituciones. Lo anterior se lograra estando unidos y haciendo a un lado los intereses partidistas o de grupos, poniendo la vista en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Debemos dar la lucha a la corrupción, la impunidad y sobre a la opacidad del quehacer político.
Algo que no se explicó durante la reunión de Chapultepec es que si realmente estamos tan comprometidos con la sociedad por qué no logramos tener un periodo extraordinario de sesiones, porqué lo condicionaron “hasta después de las elecciones” de julio y ahora ya después de las elecciones ¿cuál va a ser la nueva disculpa?
Los integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el Poeta Javier Sicilia, preguntaron si se iba a aprobar la Reforma Política; les respondieron que sí, que si iba a haber reforma política, lo que no se dijo es qué tipo de reforma es la que vamos a discutir en las Cámaras.
Estimado lector, como Senador no voy a permitir que sigamos en la simulación o que en el “enfriamiento” de las demandas ciudadanas nos quedemos impávidos.
Hoy México, no sólo los que estuvieron en el alcázar de Chapultepec demandan resultados; quizá algunos de los temas, como se manejaron, no logren la coincidencia, pero de que los debemos discutir y resolver si estoy de acuerdo: Fuero Militar, Seguridad Nacional, apoyo a víctimas de la delincuencia, Reforma Política, Ley Federal del Trabajo, Elección de los tres consejeros que faltan del IFE, Ley contra el lavado de dinero etc.
Como usted podrá observar son temas medulares en la vida política nacional y hay que entenderlo en calidad de función creadora y hacer del trabajo legislativo un instrumento al servicio de los más altos valores. Debemos legislar para reparar la injusticia, para descubrir horizontes propicios y dar lecciones que merezcan ser imitadas por el mensaje de dignidad que entrañen.
