- Repartiendo culpas
- Fallaron las alianzas
- Martín fue subestimado
- Inicia el 2013
- Nueva Alianza, la novia más deseada
La elección de ayer en Aguascalientes deja un amarga sabor en el PRI local, pese a que se recupera la Presidencia de la República.
Cierto es que Enrique Peña Nieto ganó en Aguascalientes, pero también que lo hizo por un margen apretado y que su triunfo se debe, más que a la capacidad del PRI local, a un voto diferenciado que ejerció la estructura del magisterio.
Mientras en la elección para diputados y senadores, Nueva Alianza obtuvo alrededor de 10 por ciento, en el caso de la elección presidencial fue de sólo 6 por ciento.
Otro factor importante fue la cerrazón del priísmo local a ir en coalición con el Partido Verde, que obtuvo entre 4 y 5 puntos, pero que sólo fue aliado del tricolor en la elección presidencial.
Por ello, de cara al 2013, las alianzas electorales serán fundamentales tanto para el PRI como para el PAN y el PRD. Se espera que se “vendan” muy caros estos dos partidos, e incluso el PT y Movimiento Ciudadano, que conservarán su registro a nivel nacional.
En ese tenor, destaca que Carlos Lozano de la Torre ha tratado de tejer fino con la dirigencia nacional y local de Nueva Alianza, de cara al futuro, y sobre todo hay que tomar en cuenta los nexos de la alcaldesa Lorena Martínez con la cúpula del magisterio, incluyendo a las hijas de la “mestrelbesther” Gordillo (Guillermo Sheridan dixit).
Con el PVEM, sin embargo, hay un distanciamiento que parece irreconciliable del Palacio Mayor a nivel local, y se antoja más factible una unión con el panismo. Especialmente, si Martín Orozco capitaliza su triunfo electoral retomando fuerza hacia el interior; aunque sin duda los grupos de Felipe González, Paquín González y Fernando Herrera saldrán fortalecidos con el resultado.
Y aunque los resultados eran cerrados en el Distrito I (donde ganaría el PRI) y, especialmente en el II, también es un hecho consumado la derrota de Paty Muñoz. Un cuadro que ha probado ser eficiente y capaz en la administración pública, pero que no ha podido lograr la unidad de su partido en las campañas.
Además de la mala política de alianzas, a la derrota de Muñoz contribuyeron las ausencias de muchos de quienes veían en ella una rival en el futuro y que no querían que se consolidara el grupo de Lorena Martínez en el estado, incluyendo varios diputados locales del tricolor.
Lorena Martínez ha sufrido un descalabro (Isidoro Armendáriz también se queda fuera del Senado de la República) que tendrá que superar muy pronto con trabajo en la alcaldía. Su popularidad sigue intacta, y es un hecho en la política que la popularidad no se delega ni se hereda. Esa elección debe tomar la alcaldesa de cara a su sucesión.
En las próximas semanas, lo más interesante será ver las disputas internas. En un PRI con una victoria con sabor amargo (las cuentas que entregarán a Peña Nieto no son las mejores) y en un PAN sumergido en conflictos internos, que tiene en Martín Orozco a un personaje que fue subestimado y volvió a demostrar que tiene respaldo social, obteniendo más votos que todos y cada uno de los candidatos del blanquiazul, prácticamente en todo el estado.
Aguascalientes vuelve a ser, con esto, uno de los estados donde la democracia ha llegado para quedarse y la competencia electoral se ha caracterizado por ser sistemáticamente reñida. Enhorabuena por la bendita incertidumbre democrática.
