- Su búsqueda es el hallazgo de contrastes de sonidos que deben evitar su similitud
- Objetos externos darán matices tonales que revivirán obras ya establecidas
Dentro de la octava edición del Festival de Música de Cámara, que se realiza en el Teatro Morelos, la noche de ayer se presentó el pianista mexicano Mauricio Náder Schekaibán, quien interpretó piezas de los compositores mexicanos Mario Lavista y Alejandro Gómez-Villagómez, del costarricense Eddie Mora, del uruguayo Elbio Barilari y de los estadounidenses Henry Cowell, John Cage y George Crumb.
Previo momento al inicio del segundo concierto de este Festival, Mauricio Náder expuso el contenido de su programa para contextualizar al público sobre las características de la música que sería ejecutada, ya que ésta la ubica dentro de un género musical en el que se reinterpretan obras convencionales pero que son transformadas a través de un piano preparado (como él mismo lo llamó), mismo que se refiere, explicó, a la manipulación directa de las cuerdas con objetos como hojas de papel, ligas, cadenas de metal, clips, tornillos, entre otros elementos como la propia voz del ejecutante; estos darán matices tonales que revivirán obras ya establecidas,, dijo, además del surgimiento de piezas únicas que responden a una intención: el hallazgo de contrastes de sonidos que deben evitar su similitud.
Ante dicha exposición, el pianista interactuó de manera concreta y enriquecedora, puesto que también dio a conocer a los representantes de este género como John Cage, con su piano preparado y George Crumb, ejecutor de piano solo (no manipulado) pero que utiliza técnicas extendidas, mismas que se refieren a la escritura convencional de partituras que varían debido a la intervención de figuras geométricas y relieves, esto con el fin de hacer una lectura de aquellos objetos que intervendrán en el instrumento para su manipulación, en este caso, en el piano, y cuyo nombre es partituras tridimensionales. Ambos compositores han trascendido a través de otros músicos, principalmente latinoamericanos, por lo cual dicho concierto logró ofrecer a través de la interpretación de Náder, “sonidos infinitos del continente americano”.
Mauricio Náder, quien ha difundido primordialmente la música mexicana en países de Europa, Medio Oriente, Centro y Sudamérica, bajo una sencillez interpretativa pero emotiva, definió el desarrollo y la apreciación de un concierto cubierto de matices algunas veces estridentes, estrepitosas y otras, conmovedoras e inquietas como lo fue la última pieza de un jazz reinterpretado.
– Yadira Cuéllar
