Atrapada en la adicción de su Línea Verde Lorena Martínez Rodríguez sigue alucinando el primer mundo para los colonias del oriente de la ciudad, bajo los efectos hipnóticos de sus boletines de prensa que gracias al dinero público prolongarían sus “sueños de opio” hasta el 31 de diciembre de 2013 y no hasta el 2016 como ella cree. Su futuro político tiene 12 kilómetros de largo, y en esa longitud quiere sembrar cual arbolito de invernadero, la simiente de una “nueva sociedad” a través de un parque lineal que más parece un reality show del Ayuntamiento de Aguascalientes para mantener las aspiraciones políticas de la alcaldesa. Lo cierto es que innumerables parques y camellones están abandonados sin que los moje siquiera una gota de agua del regatón. De no ser por las últimas lluvias que cayeron sobre la ciudad, las áreas verdes serían un cuadro de “naturaleza muerta” como los que sabe pintar la Presidencia Municipal de Aguascalientes cuando de “grafiti político” se trata. Nada existe en la mente de Lorena Martínez Rodríguez que no pase por la Línea Verde de sus decisiones políticas. La Línea Verde como revolución ecológica y estrategia de recomposición del tejido social; la Línea Verde como panacea de la alfabetización digital, la seguridad pública, la convivencia ciudadana, la recreación y el deporte populares; la Línea Verde como instrumento para revertir la desigualdad económica y educativa para miles de familias de escasos recursos, al grado de enseñarles a reciclar la “basura electrónica” en su beneficio con la asesoría de empresas “socialmente responsables”, a quien poco les importa contaminar con sus chatarreras que amontonen computadoras obsoletas, teléfonos celulares y aparatos electrónicos traídos a México en contenedores de carga desde el extranjer, a pesar de la prohibición expresa en tratados internacionales en materia de basura electrónica. Recientemente, y para ser precisos, desde el año 2008 Microsoft se encargó de realizar unos estudios con The Gartner Group que reveló que anualmente 200 millones de computadoras personales, se arrojan a los vertederos o se comercializan en el mercado de segunda mano, un mercado donde se reacondicionan, reutilizan o se reciclan. Los ordenadores que no son correctamente reciclados representan una seria amenaza para el medio ambiente, y los monitores CRT antiguos contienen plomo, cadmio, mercurio y berilio. Con todo, el impacto social, económico y ambiental de los pobladores que viven cerca de la Línea Verde mejorará su calidad de vida, aunque sea a través de convenios firmados con Microsoft, a cambio de la compra de licencias de software que la federación, estados y municipios del país tienen signados con la empresa de Bill Gates. Al menos eso dice Lorena Martínez Rodríguez, y poco le falta para que decrete la Línea Verde como reserva universal de la biósfera y ejemplo de desarrollo social integral de la humanidad. Bajo este contexto queda claro que el Municipio de Aguascalientes ignora la trascendencia universal del software libre como Linux, que dio razón a la existencia de sistemas operativos como los populares Android y Ubuntu, pertenecientes a la familia denominada GNU/Linux considerado el de mayor uso en el mundo, que ofrece la posibilidad a los usuarios de este software, estudiarlo, modificarlo y mejorarlo. El software libre ha permitido a muchos países desarrollar tecnologías de la información al alcance de grandes mayorías. Baste saber que mpresas como IBM, SUN Microsystems, Google, Hewlett-Packard y hasta Microsoft, utilizan GNU Linux en muchos de sus servidores. Free Software Foundation (FSF), por sus siglas en inglés, es la principal organización mundial que promueve su uso y explica que el software libre es la libertad que tienen los usuarios para ejecutar, copiar, estudiar, modificar y distribuir software en beneficio de todos. El convenio que el Municipio de Aguascalientes firmó con Microsoft que busca supuestamente “impulsar el desarrollo y competitividad del país, mediante la adopción y el uso de las tecnologías de la información y comunicaciones”, es una más de las vaciladas que la alcaldesa de Aguascalientes ha programado para su “reality show” con miras al 2016. La realidad de las colonias del oriente es otra frente a las bondades que Lorena Martínez Rodríguez con su Línea Verde, les está ofreciendo como producto milagro. La Línea Verde está condenada a ser una obra pública más, de esas del montón, que los gobiernos del PRI acostumbran construir con fines electorales. Próximamente daré a conocer los compromisos firmados ante notario público que la alcaldesa no cumplió. A final de cuentas, con el regreso del PRI todo se vale, comprar el voto, la conciencia, la dignidad, la honra, la justicia y la presidencia de la república.




