Han transcurrido 77 años desde que el obispo José de Jesús López y González instaurara el Quincenario de la Virgen de la Asunción, y que durante 19 años sólo consistía en 15 días de peregrinaje ininterrumpido de las diferentes parroquias de la comarca aguascalentense a la Catedral, morada de la santa patrona de Aguascalientes.
Es en 1954 año en que a esta conmemoración se le añade un elemento más, consistente en el paseo de la imagen de María por las diferentes iglesias de la sede de esta Diócesis el día 15 de agosto, y que en 1955, por iniciativa del presbítero Jorge Hope Macías, es transformado en lo que hoy conocemos como la Romería de la Asunción, un desfile de figuras religiosas, encabezado por la santa patrona, el cual evoca o representa uno de los instrumentos que la Iglesia Católica utilizó en su largo proceso de evangelización.
Fotos: Gerardo González
Según fuentes consultadas, aunque no existe una referencia bíblica o histórica sobre la fecha exacta de la muerte de María, esta festividad que conmemora su fallecimiento, resurrección y entrada al cielo, es celebrada por la Iglesia Católica Romana, desde el siglo IV.
Lo que hoy podría considerarse como una de las tradiciones y fiestas más relevantes del estado, como extremo opuesto a la Feria Nacional de San Marcos, la Romería de la Asunción es una manifestación de fervor y devoción a la santa patrona de la Villa de la Asunción de las Aguas Calientes, traducida en música, danzas, peregrinaciones diarias, puestos de comida alrededor de la catedral, y que culmina con un fastuoso desfile nocturno.
Un ingrediente de gran vistosidad de este ceremonial solemne es, sin duda alguna, la participación de los diferentes grupos de matlachines, quienes con su música, danza e indumentaria, le dan ese toque especial que distingue las fiestas de la provincia mexicana, en donde -al margen del acto religioso- la luz, el color, los sonidos, la alegría y el halo de misticismo que las envuelve, nos deja ver que a pesar de todo, las raíces de nuestro pueblo están por encima de un dogma o verdad impuesta.









