El Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) Región Centro será la institución académica pionera del país, en crear la más importante política pública nacional, hasta hoy ignorada: la política de las drogas.
Así lo estableció para La Jornada Aguascalientes Alejandro Madrazo Lajous, coordinador del Programa del Derecho a la Salud de esa institución académica, al explicar los fundamentos y alcances del proyecto que se incuba en el área de Control de Sustancias, donde se ha trabajado ya en regulación del tabaco y el alcohol.

Desde el Programa de Política de Drogas, se construye un espacio académico para analizar el fenómeno y la política de las drogas y sus consecuencias a partir de las ciencias sociales; y resumió: “el diagnóstico es que no existe un espacio institucional permanente para estudiar lo que hoy en día es una de las políticas públicas más importantes en este país, que es la política de drogas”.
Se aprovechará la creación en Aguascalientes del CIDE Región Centro y parte de sus recursos se destinarán “a la creación de un espacio institucional, de una masa crítica de investigadores [para] que entendamos mejor cómo funciona el fenómeno de las drogas, y sobre todo que podamos hacer –eventualmente y a mediano y largo plazo– propuestas concretas sobre cómo mejorar nuestra política de drogas”.
Al preguntarle cuáles son las prioridades de esta propuesta, respondió: “formar un cuerpo académico que esté empapado en la materia. En México existen algunas gentes, escasas, no todas en espacios académicos, que son expertas en políticas de drogas. Pero no hay un espacio permanente”.
Además de la coordinación a cargo de Madrazo Lajous, la primera contratación para integrar esa masa crítica de investigadores, es la antropóloga social Beatriz Labate, que ha estudiado a fondo el uso ritual del ayahuasca brasileña, bebida vegetal alucinógena, de efectos quizá semejantes a los hongos alucinógenos de María Sabina, en Oaxaca.
Esa masa será integrada por académicos con principal enfoque en política de drogas y de todas las disciplinas activas en el CIDE que incorporen este estudio como una segunda o tercera línea de investigación académica: economistas, antropólogos, abogados, politólogos; todos tendrán cabida.
“La idea es que todos empecemos a reflexionar un poco más sobre esta materia que resulta tan importante y tan dolorosa para nuestro país hoy en día; y tan poco estudiada y tan poco comprendida”, lamentó el académico.
Explicó que existe información muy fragmentada acerca del fenómeno, “y la política de drogas en México, por lo menos tal y como está plasmada en los instrumentos programáticos del gobierno, no tiene un diagnóstico claro y bien fundamentado de lo que es el fenómeno de las drogas y el problema de salud que representa”.
Señaló que la actual política de drogas se ha construido a partir de lugares comunes, de recursos retóricos, y no está construida con base en evidencia.
“La frustración que vemos con la política de drogas hoy en día tiene que ver, por una parte, con los resultados; o sea, la violencia que se ha desatado en el país no es admisible. No es admisible, más cuando se le asocia a una política aplicada por el propio gobierno, pero sobre todo ver que no es una política que esté bien fundamentada en los hechos”.
Lo que busca el programa del CIDE es proveer información que sea sólida para que los gobiernos “puedan construir políticas públicas de drogas más inteligentes y más adecuadas a las necesidades de cada comunidad”.
Resaltó “que hoy en día tenemos una política de drogas que pareciera una sola solución para todos los problemas y el fenómeno de las drogas es hipercontextualizado; o sea, depende mucho del contexto social en que se despliega”.
La política de drogas que ha desplegado el Gobierno Federal es insostenible en presupuestos, costos humanos y magros o nulos resultados.




