I. Taller Leñateros
Recientemente, en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México, se dio espacio una exposición muy singular, una muestra de los productos editoriales de una empresa cultural única en México: el Taller Leñateros, dirigido por la poeta y también editora Ambar Past.
Hasta el pasado 19 de agosto, se expusieron unas 70 fotografías y numerosos objetos y materiales elaborados por el Taller Leñateros. No es común que una exposición conste de piezas editoriales y menos aún de este tipo. Si algo distingue a lo que Leñateros produce es no sólo el qué sino el cómo.
Su importancia radica en que hace un valiosísimo rescate cultural en dos direcciones simultáneas: recopila, ordena y difunde tradiciones, conocimientos ancestrales y la herencia cultural de los indígenas tzotziles y tzetzales de los altos de Chiapas, pero también, involucrando a los propios indígenas (unas 200 familias de ellos), se editan libros con todo este conocimiento a partir del reciclaje de desechos tanto agrícolas como industriales, todo ello de manera totalmente artesanal.
Desde el diseño hasta la impresión, como se lee en Alquimia (una compilación de recetas para imprimir con las propias técnicas implementadas por Taller Leñateros, hecha por Ambar Past, Fernanda Bravo Begoña y Eusebio Ortega, y también una de sus creaciones más interesantes), el taller ha tratado de imprimir con lo que se tenga a la mano. De ahí lo asombroso de sus artes: cebollagrafía, elotegrafía, petalografía, chanclagrafía, que como sus nombres lo indican, utilizan desde texturas y fibras naturales hasta objetos cotidianos para los acabados e ilustraciones de sus libros. Es necesario ver la belleza de los contornos del interior de una cebolla, o la caótica asimetría de los granos de una mazorca grabadas en las páginas, para caer en cuenta no sólo del ingenio del método, sino de la revaloración que Taller Leñateros hace de la naturaleza como proveedora de utensilios de arte, tal como había sido desde épocas primitivas.
Desde hace 37 años, operando desde San Cristóbal de las Casas, Chiapas, han elaborado libros pero también carteles, tarjetas, revistas (como La jícara), y hasta artículos diversos: libretas con separador de hoja, grabados, suvenirs y libros-objeto. Todos ellos artesanales y ecológicos. Entre las obras presentadas en la exposición se podía ver (y también tocar y hojear): Meme sol. Mito Maya, una historieta sobre el origen del tiempo desde la cosmogonía maya; Diccionario del corazón, de Roberto M. Laughlin, una recopilación de entradas sobre importancia de la palabra corazón para los tzotziles; Conjuros y ebriedades. Cantos de mujeres mayas, un compendio de fórmulas mágicas y curativas del folclor indígena, realizado por Xalik Guzmán Bakbolum, Petra Hernández, y la propia Ambar Past, así como varios libros más.
Un acto político está claramente tácito: difundir para compartir, compartir para preservar, preservar para fomentar. Taller Leñateros enfatiza su postura de que editar está al alcance, literalmente, de todos; que no es necesaria una edición costosa, bajo un sello internacional prestigioso, o de un tiraje inmenso para ser bella y valiosa.
II. Circuito abierto: dos experiencias editoriales en el Fondo Felipe Eherenberg
Por otro lado, y como parte del programa de exposiciones y actividades del Centro de Documentación Arkheia, se presenta una muestra del Fondo Felipe Eherenberg en la planta baja del Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM. Se trata de materiales, documentos, productos impresos y testimonios sobre dos de los proyectos del artista multidisciplinario, editor y autodenominado neólogo Felipe Eherenberg (Ciudad de México, 1943). En concreto, la creación de la editorial Beau Geste Press, en Inglaterra, a principios de los setenta, y su etapa como editor de libros de autor, libros de artista y de revistas de tiraje a pequeña escala como medios alternativos y contraculturales, elaborados durante la década de los ochenta.
Cabe mencionar que a lo largo de la exposición es posible detectar muchísimas curiosidades bibliográficas de sumo interés: ejemplares de la innovadora revista de culto El Corno Emplumado, un poemario en inglés (The Ghorky poems) de Jerome Rothemberg, un poemario de Elena Jordana (En un reino remoto…), La poesía como instrumento político de Clemente Padín y Edgardo Antonio Vigo, un ejemplar de Lesson de Jaroslaw Kozlowski, Poesía mexicana contemporánea (con logo de la UAM Xochimilco) de María de los Ángeles González, et al., ejemplares de Complot, revista para armar, que básicamente eran textos sueltos dentro de una bolsa de papel; fotografías de la inauguración de El archivero en 1983 (por parte de Gabriel Macotela, Yani Pecanins y Armando Sáenz), un espacio donde había, entre otras cosas, obra de Vicente Rojo, y donde se ve rondando a Octavio Paz.
Conocer este legado no es poca cosa. Por principio, los proyectos editoriales de Eherenberg son claros precursores del extendido fenómeno actual de las editoriales cartoneras, y continuador de esa larga tradición (que no excluye ninguna literatura ni ningún idioma) de los libros de autor y los libros de artista.
La preponderancia del mimeógrafo como instrumento fundamental para la edición de pequeños tirajes es una muestra de la postura visionaria de Eherenberg sobre el necesario apoyo a la contracultura, los artistas emergentes, las ediciones artesanales e independientes y la libertad creativa a favor de la multiplicidad de formatos, algunos inéditos, para libros y revistas.
Revisitar todos estos materiales es un homenaje a un editor singular que tanto fue y sigue siendo una figura iconoclasta, como también un minucioso compilador de esa etapa de la edición independiente de la que él mismo fue un actor importante. Un episodio que ahora es pasado, pero que no debe dejar de ser memoria.
La exposición continúa abierta al público hasta el próximo 28 de octubre de este año.
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