Desde hace ya varios años, no hay día en México en el que no sucedan o salgan a la luz pública crímenes mayores (homicidios, secuestros, desapariciones, balaceras, persecuciones, fugas de reos, etc.) relacionados con la delincuencia organizada. Algo preocupante es que dentro de todo este clima de incertidumbre, parece que a veces no pasa nada y que esto se ha convertido en algo habitual, es decir, pareciera que se busca convencer de que lo anormal es parte de lo normal; lo que para algunos hace un par de años tuvo un alto impacto, hoy es el pan de todos los días en los medios de comunicación.
La fuga de los 131 reos de Piedras Negras se suma a esta “dinámica habitual” de crímenes mayores, donde los fugitivos, sin duda buscarán engrosar o reingresar a las filas del crimen organizado (de hecho dos de los que ya fueron recapturados traían consigo lanzagranadas y armas largas). ¿Increíble verdad? Para nada.
Existen acusaciones mutuas entre Autoridades Estatales y Federales, los primeros señalan que, las prisiones están sobrepobladas con reos federales de alta peligrosidad y los segundos; la innegable complicidad de los custodios y el Director de ese penal. Aunque en la estadística son poco más de mil reos los que se han fugado en este sexenio, es importante destacar lo que bien señaló el Director del Instituto de Administración Pública de ITESM: “el actual modelo penitenciario que está agotado”.
Hay quienes argumentan que privatizar las cárceles sería un entreguismo y derrota del Estado Mexicano, el cual, al poco tiempo tendría que ir al rescate de estas “empresas”; otras voces hablan sobre la postura de explorar privatizar parte del sistema penitenciario mexicano debido al alto costo (construcción y mantenimiento) que se requiere para albergar a la sobrepoblación penitenciara.
¿Qué es lo que viene para EPN? En su visita a Colombia, Enrique Peña Nieto y Juan Manuel Santos acordaron una estrecha comunicación y colaboración en materia de Seguridad Pública. El nombre clave en este rubro es el propio colombiano Oscar Naranjo, quien es considerado el principal ejecutor de políticas públicas de seguridad en aquella nación sudamericana; se dice que logró disminuir considerablemente los índices de delincuencia emanados del narcotráfico colombiano.
La guerra que sigue lacerando a México como producto de la delincuencia organizada es uno de los temas más importantes que tiene que atender Enrique Peña Nieto, y a pesar de que para muchos ya es algo que ha pasado a ser parte de la normalidad, son numerosas las familias que exigen justicia, son millones de padres de familia que temen que alguno de sus hijos sea secuestrado, sufra un daño o que se integre a la filas de la delincuencia por la falta de oportunidades, y también son cientos de jóvenes que temen denunciar por su seguridad cuando encuentran complicidad criminal-policiaca.
Los retos que tiene Peña Nieto por delante tienen que ser resueltos de forma integral, Colombia pudo lograrlo, México también puede. Faltan pocas semanas para conocer los nombres que integrarán el gabinete (especialmente el de seguridad), mientras eso sucede, está ya un compromiso en vías de ser aprobado, la Comisión Nacional Anticorrupción, si de verdad se busca terminar con esta guerra, se tiene que empezar en todos los frentes y, sin duda, todo tipo de institución pública debe de dar ejemplo al respecto. n
