Con más resignación que ánimo, Jorge López Martín, presidente estatal del PAN, presentó ayer una novedosísima estrategia para acercar el partido a los electores… ¡brigadas!, a partir de hoy una horda juvenil recorrerá “todo el estado” intentando establecer contacto directo con los ciudadanos para preguntarles, mencionó el dirigente: “qué es lo que necesita, qué es lo que quiere de un partido político y de sus representantes populares”.
Detrás de tan flamante maniobra, estamos seguros, existe un vasto estudio y análisis de la eficacia que tiene en la labor de convencimiento el que un extraño toque a tu puerta para ofrecer quitarte sólo unos pocos minutos para resolver una encuesta.
Aunque al final, no quedó claro si iban a tomar el pulso a la ciudadanía o los brigadistas blanquiazules saldrían a la calle con el objetivo de convencer a la gente de que la Reforma Laboral de Felipe Calderón es la buena. En los coletazos finales de este sexenio, el PAN Aguascalientes se alinea con el Gobierno Federal y emplea sus recursos humanos en echar la mano al presidente en acciones de cabildeo. Todo lo que Acción Nacional criticaba al Revolucionario Institucional y los razonamientos por los que el PRI no era un partido y sí una máquina electoral, los replican ahora. Bien, panistas.
Lo cierto es que el proceso interno hacia el 2013 está desgastando a los panistas y los deja exhaustos, presas de la perogrullada, convocar a una rueda de prensa para que Jorge López Martín declare “la realidad es que tenemos que trabajar por un objetivo claro y contundente, no podemos plantearnos objetivos a medias ni actuar con mezquindad”, no es más que una señal de que el dirigente estatal ya dio por perdida su candidatura a la alcaldía capitalina y deja paso franco a que la pelea sea entre dos: Felipe de Jesús González Ramírez y un cada vez más desesperado Antonio Martín del Campo; así de confiado ha de estar López Martín en el recurso legal con que buscó que se le eximiera de la obligación de renunciar a la dirigencia para poder aspirar a una candidatura.
Está visto que no bastan las ganas.
Y ya que de ganas estamos hablando, ahora que Guadalupe Ortega, el dirigente priísta ve cada vez más lejos que se premie su disciplina con una delegación y ha dejado, por fin, el tema, los delegados federales bien podrían comenzar a confiarse y ya sólo morderse las uñas para que la administración entrante no los corra de inmediato, sin embargo, le podemos adelantar a tres de ellos que se cuiden las espaldas porque van con todo por sus puestos.
Quienes corren peligro son el director general del Centro SCT, César Enrique Peralta Plancarte; José de Jesús Muñoz Gutiérrez, delegado de la Secretaría de Economía; y la recién nombrada encargada de despacho de la delegación de Sedesol, Silvia Eugenia Díaz Ruvalcaba; no vaya a creer que es por el activismo reciente en que los funcionarios federales salieron a defender la seguridad de las estancias infantiles de las declaraciones de Protección Civil municipal, eso nada tiene que ver.
Quieren hacer nido en esos puestos otras aves, los Palomino, pues: Juan Fernando Palomino Topete y Mario Guevara Palomino, tanto Fernando como Mario no se cansan de mencionar sus intensas relaciones con el equipo de Enrique Peña Nieto, Fernando Palomino hasta corrió el rumor de que lo mandaron a llamar de la coordinación de asesores para que se fuera a escribir discursos, incluso comenzó a pedir currículos; mientras que Mario, al menos durante las primeras semanas de la campaña electoral orondo presumió la cantidad de llamadas que intercambiaba con funcionarios mexiquenses.
Pero bien sabemos que un Palomino no hace verano, si se le investiga un poco a los rumores sobre la intensa relación con Peña Nieto, los datos muestran que ni son tan recientes, ni son tan fuertes los lazos; pero sobre todo, que el sueño de ser gobernador tiene la misma certeza de cumplirse que los sueños de la lechera. Mañana le seguimos contando de cómo están estas relaciones y cómo es que todo apunta más bien a Jalisco.
