- Ninguna reforma legal en esta materia erradicará una enfermedad latente: Lorenzo Córdova
- La falta de cultura política ha llevado a que la ciudadanía considere tolerar un régimen autoritario
Al señalar que “nadie categóricamente puede afirmar que se trata de un fenómeno [el de la coacción del voto] que no existe en el país”, Lorenzo Córdova Vianello, consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), también anotó que este mismo no es un problema del sistema electoral, sino uno correspondiente a la estructuración de una sociedad como la mexicana, lejana a la cultura política y al unísono envuelta en situaciones de pobreza.

“Si hay alguien que compra un voto, hay alguien que vende un voto”.
Durante su encuentro con la prensa, como preámbulo a la conferencia titulada Balance y Perspectiva del Sistema Electoral Mexicano, enfatizó que ninguna Reforma Electoral es capaz de poner fin al conflicto en comento.
“Los alemanes dicen que la Reforma Electoral es una reforma permanente; si bien esto es cierto, me parece que la discusión sobre la Reforma Electoral tiene que hacerse sobre un análisis sereno, sensato y objetivo”.
En estos términos refirió que el marco normativo vigente, con base en el cual se llevaron a cabo los comicios federales del 1 de julio, representa “un sistema exitoso, se trata de un sistema practicable, de un sistema que fortaleció la equidad en las condiciones de la competencia, pero como todo sistema electoral, se trata de un sistema perfectible”.
Lo que viene para el IFE, dijo, es una etapa de ajustes “para perfeccionar un sistema y un modelo que creo está sumamente acabado”.
Toda vez que hace meses el Movimiento Progresista (PRD, PT y Movimiento Ciudadano) levantó impugnaciones por la presunta coacción de sufragios efectuada por el Revolucionario Institucional, Córdova expuso que la existencia de la compra de voluntades no puede ser negada, y que se trata de un tema digno de reflexión si es que se desea mejorar la legislación en la materia.
“Nadie puede afirmar las dimensiones reales que este fenómeno, de existir, tiene”.
Más adelante mencionó que si a mediados de año también se destapó el desvío de recursos estatales a diversas campañas políticas, tal supuesto tampoco refleja deficiencias en las normas electorales, sino sólo en las de rendición de cuentas.
“Se ha hablado de la ineficacia de las autoridades penales para perseguir delitos electorales, el problema no necesariamente está en el catálogo de delitos electorales, sino en un tema transversal que el rol del Ministerio Público en el país, los ministerios públicos, las procuradurías, siguen dependiendo de los Ejecutivos tanto en el plano federal como en el plano local”.
Anotó que en 2003 el IFE determinó que Vicente Fox había llegado a la Presidencia valido de financiamiento ilícito, y que contrario a lo que sucede en otras latitudes, la opinión pública, en muestra de su carencia de cultura política, no presionó al Poder Judicial para que fincaran responsabilidades.
En estos términos expuso que sociedad y gobierno deben voltear hacia la raíz del mal. Apuntó que el mexicano es uno de los esquemas electorales más sólidos del mundo, pues las ministraciones de recursos a las fuerzas políticas están bien definidas.
A esta altura, el consejero citó el caso estadounidense, en cuyos comicios se ha filtrado la iniciativa privada inconforme con la administración de Barack Obama, al comprar 3 mil 500 millones de dólares en spots publicitarios.
Reiteró que el Estado mexicano no debe preocuparse por las reglas de acceso al poder, sino por las que rigen el ejercicio del mismo.
A lo largo de los últimos 35 años, declaró a su vez, México es el país latinoamericano que mayor cantidad de recursos ha invertido en la mejora de su democracia, lo cual contrasta con el bajo concepto en que el ciudadano tiene dicha práctica.
Con datos del Latinobarómetro, añadió, “sólo Guatemala nos supera en su falta de aprecio por la democracia, esto quiere decir que los venezolanos tienen mejor juicio a la democracia que nosotros”.
Señaló que a nivel continental, México se posiciona como el tercer país dispuesto a tolerar un régimen autoritario si eso le resuelve las condiciones más elementales de vida.
Tras reconocer que el IFE no goza de una buena imagen, sostuvo que el hecho antes descrito “es bien delicado, porque la falta de cultura política no solamente redunda en la falta de credibilidad institucional”, pues conduce a la sociedad a los extremos más variados.
En defensa de esta dependencia adjuntó Lorenzo Córdova:
“La desconfianza forma parte del DNA de los mexicanos, eso lo entiendo, pero la misma desconfianza, que nos ha llevado a tener un sistema [electoral] muy sólido y muy blindado, también tiene que tener un grado de objetividad”.




