Lecheros inconformes
Los tiempos y las trampas
Candidatos, al final lo que importa es…
Entre manifestaciones. Quizá por lo concurrida que estuvo la manifestación de trabajadores y asociaciones civiles contra la Reforma Laboral, pasó de noche que, de nueva cuenta, el grupo de José Vidal de Anda González que asegura representar al 70 por ciento de los beneficiarios/socios de Gilsa volvió a exigir que se les regresen sus títulos de propiedad, los cuales se encuentran en manos de Miguel Ángel Álvarez Flores y, de nueva cuenta, demandan que intervenga el gobierno.
Presiones. Uno de los argumentos que presentaron los inconformes lecheros es que Álvarez Flores se está mofando de la situación de incertidumbre que viven en Gilsa y que se ostenta como “protegido” del gobernador Carlos Lozano de la Torre. ¿Será? Mientras son peras o manzanas, lo que no se vale por parte de ninguna de ambas partes del conflicto es que en vez de buscar una solución al problema, salpiquen a todas partes y quieran espantar con el petate del muerto del número de empleos que se van a perder y los créditos que se niegan, como tampoco es válido defenderse con el argumento simple de que todo es una maravilla y aquí no pasa nada. Por eso le comentábamos ayer de la inusual intervención de los legisladores de Nueva Alianza, que en su punto de acuerdo (firmado por Heriberto Gallegos Serna, José Manuel González Mota, Roberto Martínez Muñoz, Marco Arturo Reyes Delgado y Luis Rubén Romo Marín) empleaban un lenguaje coloquial para repetir los argumentos de José Vidal de Anda. Los legisladores cuentan con una partida para la contratación de asesores que les permitirían ser mucho más serios a la hora de exigir un acuerdo, no sólo eso, cuentan con el poder de solicitar la información necesaria para fundamentar sus posturas, ¿a qué interés sirve echarle la bolita al gobernador?, ¿qué gana el Panal “bateando” la responsabilidad de los diputados de intervenir en el conflicto?, porque ésa era la petición inicial de los inconformes, que mediara el Congreso, como quién dice, ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
Tiempos modernos. La actitud de los legisladores del Panal, al final, es un reflejo de que no a todos han alcanzado los cambios en la forma de hacer política, porque una cosa es decir en el discurso que se es libre y otra ejercer esa libertad. Si algo hemos aprendido, o debiéramos haber aprendido, de los procesos electorales recientes es que la sociedad requiere políticos profesionales que asuman su compromiso con el servicio público, no más improvisaciones.
Lo anterior permite que retomemos el tema del momento desde una perspectiva distinta, y lo de hoy se refiere a la discusión acerca de los tiempos del PRI. En el centro de la discusión está la postura de Lorena Martínez acerca de los tiempos en el PRI. Sería ingenuo pensar que la alcaldesa no tiene interés en la elección del candidato tricolor que podría sucederla en el cargo, pero de ese interés legítimo a querer confrontarla con la cúpula priísta porque dijo lo que piensa, hay un buen trecho.
De ahí que la alcaldesa tenga que aclarar una y otra vez que ella ya dijo lo que tenía que decir. Ayer ante reporteros, lo hizo de nuevo: “Yo ya opiné lo que tengo que opinar en la materia. Yo sigo creyendo que los tiempos que dieron a conocer son complicados para fortalecer a nuestros candidatos. Pero pues, finalmente el PRI tomará sus decisiones. Yo espero que eso no nos vaya a afectar”.
Escuchando con atención lo que se percibe es una seria preocupación por el tiempo que les quedará a los candidatos para conectar con la gente, porque en todo esto, lo que se ha dejado de lado es, que al final, la decisión está en los electores.
Mucho ruido, pocas nueces. En el estrecho círculo rojo las patadas bajo la mesa panista y el acelere de Felipe de Jesús González Ramírez no son más que anécdota, a la hora de las campañas es cuando a quien postule el PRI tendrá la obligación de enfrentar a los electores, más que a un candidato blanquiazul, ahí se verá entonces si Lorena Martínez tenía razón o no cuando refiere que los tiempos están complicados, sobre todo si se considera que de las diversas listas de aspirantes algo que salta a la vista inmediatamente es que si algo distingue a los suspirantes es la falta de contacto con quienes los van a votar.
Lo anterior nos permite volver al tema de ayer, le decíamos que hay una lista de los candidatos “buenos, buenos”, que ya sólo reduce a cuatro posibilidades, van los nombres: Francisco Chávez Rangel, Juan Carlos Rodríguez, Óscar López Velarde y Carlos Alejandro Alba Felguérez. Por quienes están en esa lista y los cargos que desempeñan, puede saber de dónde viene el empujón a esos nombres. Habrá que darle seguimiento.




