De coyunturas y cazagoles
Le comieron el mandado al diputado
Fiesta de destapes y reconciliaciones
Acecharoscas, así llaman algunos al futbolista que, invariablemente, se encuentra cerca del área chica del equipo contrario con el único afán de sacar provecho de la jugada de otros para meter un gol, ya sea un descuido de la defensa o una jugada fortuita que le pone el balón enfrente. Un término más común para calificar esa conducta es el de cazagoles. Cuando los políticos aguascalentenses suelen tener esa conducta, se llaman a sí mismos políticos de coyuntura. Este fin de semana, se sumó vigorosamente otro personaje a esa categoría: Enrique Jiménez Rangel.
Se llevaron al baile al diputado Gustavo Granados Corzo, quien echó la casa por la ventana para la fiesta de asunción como líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) en el Museo Descubre (ya le encontraron su vocación utilitaria, fue cerrado como espacio interactivo de ciencia y tecnología y hoy es empleado como pasarela de exhibición del PRI que regresó al poder), el joven legislador había dispuesto una gran fiesta, la entrada con el pie derecho a los tiempos electorales, y quien le comió el mandado fue el dirigente saliente, la nota no fue el estreno de Granados Corzo al frente de las agrupaciones de tianguistas, taxistas y anexas, al final la información que pesó fue el destape de Jiménez Rangel, que se sumara a las filas de los aspirantes a la alcaldía capital.
Antes de seguir con lo de coyunturas y cazagoles, un vistazo a la pachanga en el Museo Descubre, a la robada fiesta de Granados Corzo a la que regresaron con todo, por lo menos al discurso, las viejas costumbres priístas, desde la cargada hasta el besamanos, sazonados, por supuesto, por vigorosas palmadas en la espalda, saludo a lontananza, guiños desde el presídium y múltiples besos que tronaron en el aire sin alcanzar las mejillas.
El priísmo aguascalentense se dio cita para festejar ruidosamente. No apareció Emilio Gamboa Patrón, pero el coordinador de los tricolores en el Senado mandó un representante personal, Jorge Humberto López Portillo Basave, quien se resistió a soltar prenda y cuando le preguntaron sobre los candidatos, eludió con un amable: el PRI va a salir triunfante si sus candidatos cuentan con “una buena reputación de cumplir los compromisos”. A su lado asintió el delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Jesús María Rodríguez Hernández; todo mundo: la alcaldesa Lorena Martínez, corriendo tras de ella Enrique Juárez Ramírez. En el presídium Gregorio Zamarripa Delgado y Juan Manuel Gómez. Abajo, en primera fila, todos los diputados, Gabriel Arellano, Miguel Ángel Juárez, Netzahualcóyotl Álvarez; alcaldes como Francisco Guel Sosa, de San Francisco de los Romo; el ex secretario de la Sección 1 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y compañero de legislatura de Jiménez Rangel: Jorge Ortiz Gallegos.
Eso es poder de convocatoria, alguien dijo, y lo sostenía la presencia del presidente del Colegio de Ingenieros, Víctor Manuel Serrano Quintana; el líder de la Barra de Abogados, Erick Monroy Sánchez; y el presidente de la Confederación de la Industria de la Transformación, Heberto Vara Oropeza, acompañado de su padre, el propietario de la empresa Reciclayser, Heberto Vara Muñoz.
Tiempo de las reconciliaciones o de la corrección política porque pronto llegó Isidoro Armendáriz García al dirigente cnopista saliente, con una sonrisa amplia que mostraba que lejos está ya 2009, cuando Jiménez Rangel se aventó con todo contra el entonces dirigente estatal tricolor y pidió que lo relevaran: “Si no puede con el paquete de mantener la unidad entre la militancia, mejor que se vaya”, dijo y lo acusaba de apoyar a la entonces diputada federal Lorena Martínez Rodríguez para conseguir la postulación al gobierno de Aguascalientes.
Eran tiempos en que el dirigente estatal del PRI traía bronca comprada con todo mundo, le mandaba cartas al entonces senador Carlos Lozano de la Torre, además de advertirle que no era el único aspirante y le echaba en cara una larga lista, que además de la hoy alcaldesa, incluía a Fernando Gómez Esparza y Óscar López Velarde.
Qué mejor escenario para despegar una campaña, seguro pensó Gustavo Granados, pero, repetimos, le comieron el mandado. Debió sospechar algo al entrar y ver más mantas y pancartas, muchísimas más, con el nombre del líder saliente que con el recién estrenado cnopista. “Quién iba a pensar que Quique Maracas era el bueno para la alcaldía”, alguien hizo el comentario.
Unos quieren subir y otros quieren bajar. Apenas la semana pasada le contábamos que del equipo de Lorena Martínez ya están cerrando filas alrededor de Roberto Tavarez Medina, lo que reducía los candidatos con posibilidades reales a tres del Congreso, tres del Gabinete de Carlos Lozano y uno de la administración municipal (porque nadie toma en serio los destapes de Juan Manuel Gómez y Citlalli Rodríguez, ¿o sí?, si hasta Eduardo Rocha levantó la mano). Bajo esa perspectiva entonces habrá que medir cuán efectivo fue el desempeño de Enrique Jiménez Rangel como cazagoles.
Un apunte final sobre la fiesta en el Museo Descubre: No, no llegó el gobernador Carlos Lozano de la Torre, alguien corrió la especie de que un malestar en la garganta le había impedido asistir.
Más tarde, después de las 13 horas, antes de entrar al Casino de la Feria, un sanísimo Lozano de la Torre, se dio el tiempo para detenerse y saludar al niño Juan Pablo, quien paseaba a su perrito Blake: “Hola, ¿cómo se llama tu perrito?”, le preguntó al menor y éste respondió con el nombre del animal. Enseguida lo alcanzó Blanca Rivera Río de Lozano y juntos, presenciaron el espectáculo ofrecido por un grupo de jovencitas de la comunidad japonesa durante la clausura del Bazar Navideño. No, ni un poquito de tos, ni gripa, ni carraspeos, el gobernador se veía tan tranquilo y tan campante que se dio el lujo de bromear en varias ocasiones. ¿Cuál malestar en la garganta?, claro, ninguno de los que estuvieron en el destape de la mañana asistió al evento de la tarde, ¿así cómo se darán cuenta?
Otro apunte para cruzar datos, a dónde sí asistió el gobernador fue al festejo del cumpleaños de su secretario de Gestión Urbanística y Ordenación Territorial, el viernes, de nueva cuenta la Isla San Marcos fue escenario de la fiesta de Óscar López Velarde, y ahí sí, al menos de los del Gabinete estatal, nadie puso pretexto para no asistir.
La del estribo o revivir muertos: a manera de segundo round, lo que en un comienzo se dio a conocer como Movimiento #YoSoy132 Aguascalientes intentará reconstruirse. El día de ayer el grupo convivió en el Complejo Tres Centurias para relanzar esta nueva versión, dentro de la cual predomina la comunidad universitaria. A ver cuánto tardan en descalificarse como infiltrados.




