- 42 organizaciones ciudadanas se acercaron a Torres Peimbert para trabajar el costo del refresco
- La iniciativa del impuesto se encuentra en el Cabildo esperando su aceptación
En entrevista Marcela Torres Peimbert, representante del estado de Querétaro como diputada federal en la LXI Legislatura, aseguró que existe un reto en el tema de las comisiones ciudadanas, ya que en México sólo hay 16 mil asociaciones ciudadanas para casi 120 millones de mexicanos, a diferencia de Argentina, país que que tiene 100 mil para 30 millones de personas, por lo que en México la ciudadanía ha salido debiendo.
“Mi labor ha sido animar a la población a que participe a través de asociaciones ciudadanas independientes a gobierno”, así como mejorar las reglas que tiene el Estado mexicano para facilitar la creación de asociaciones ciudadanas; en ese sentido la senadora presentó cuatro iniciativas que tratan de flexibilizar las normas fiscales para hacer más atractivo conformar este tipo de asociaciones mexicanas.
Otra iniciativa se refiere al problema de obesidad en México, ya que este país cuenta con más mujeres y niños obesos en el mundo, además de ser el principal consumidor de refresco mundialmente, “tenemos un reto importante pero saldremos adelante”.
En este tenor 42 organizaciones ciudadanas se acercaron a Torres Peimbert para trabajar en revertir el costo del refresco. Se resaltó que actualmente se gasta tres veces más en atender el problema de obesidad y sobrepeso que padecen siete de cada 10 mexicanos; tres de cada cuatro camas de hospitales públicos están ocupados por pacientes con enfermedades causadas por la obesidad y el sobrepeso, así como las 80 mil muertes que genera la diabetes, “es algo urgente de atender”.
Estas asociaciones han presentado una serie de medidas ante la Cámara, “tomamos el impuesto al refresco azucarado y seguiremos con el etiquetado y la publicidad engañosa”, así como las medidas preventivas de obesidad, ya que además de ser un problema grave de salud, propicia costos personales y de calidad de vida.
En este planteamiento se especificó el impuesto al refresco y el del etiquetado, y que todo el recurso que se obtenga de esta recaudación se destinará a la introducción de agua potable en escuelas y comunidades retiradas, para que cuenten con este líquido como un sustituto de refresco.
El estudio a nivel mundial marca que el consumidor de refresco es flexible, ya que cuando el costo del producto se eleva, consume otros con un precio más accesible y “qué mejor que éstos sean menos dañinos a la salud”, destacó la senadora.
Cabe hacer mención de que una porción de 600 mililitros de refresco tiene 12 cucharadas de azúcar y carece de valor nutrimental, por lo que es alarmante el alto consumo que existe: una persona al año consume -aproximadamente- 163 litros, 18 por ciento arriba de Estados Unidos.
La funcionaria federal destacó que el país está pasando por una grave epidemia, ya que estas enfermedades están acabando con la vida de los mexicanos.
Las asociaciones civiles también sugirieron realizar un nuevo proceso de etiquetado como el que se utiliza en Inglaterra, el cual es más eficiente que el de México, en el que se distinga a los productos mediante etiquetas de colores según su grado de beneficio, por ejemplo, verdes: libre consumo, amarillo: hay que tener preocupación y rojo: prohibidos o muy dañinos; de esta manera cualquier persona sabría qué alimentos consumir, cuáles le convienen y cuáles no.
Por el momento la iniciativa del impuesto se encuentra en el Cabildo, ya que existen muchos intereses económicos involucrados, “trabajamos fuerte en pláticas con los coordinadores parlamentarios para llegar al proceso de aceptación”, concluyó la senadora.
Foto: Gerardo González
