- La continuación de una “nefasta tradición” es inaceptable: Núria Querol Viñas
- “Lo que hace es normalizar el maltrato a los animales hacia el más débil”
Entendemos por circo un espectáculo artístico, en su mayoría itinerante, que incluye más de 20 oficios y disciplinas propios de su actividad, además de estar ligado indiscutiblemente a los animales. Según algunos historiadores, el circo moderno comenzó con la exhibición de caballos por Philip Astley en 1768 en Londres, razón por la cual la pista de circo es redonda, para exhibir mejor a los caballos; asimismo se convirtió en un clásico pasar por las calles de la ciudad mostrando a los animales y fieras.
Núria Querol Viñas, fundadora y directora del Grupo para el Estudio de la Violencia Hacia Humanos y Animales, describió al circo con animales como un maltrato continuo y como un lugar de esclavización, “no olvidemos que los animales del circo no deciden dar la patita ni pasar por un aro lleno de fuego”, sino que se les entrena con base en electricidad y golpes.
Agregó que ésta es una forma de desnaturalizarlos, aunque para la especialista la expresión correcta para estos casos es “romper al animal” para que empiece a hacer trucos y actividades humanas con base en castigos antinaturales. Por ejemplo, en el caso de los tigres que pasan por el aro de fuego, su naturaleza es de pánico al fuego, por lo tanto, se les genera un estrés adicional para realizar el acto, a su ya “miserable vida de encierro”, como lo llamó Querol.
Los animales salvajes, en su vida natural, caminan y se mueven en grandes distancias, “imaginen el sufrimiento de capturarlos y confinarlos a espacios donde muy apenas pueden pararse o dar la vuelta”, y además de ello se les obliga con base en golpes, a realizar trucos para divertir a los seres humanos. Para la activista animal, esto es burdo, ya que los humanos somos capaces de divertirnos de muchas maneras sin abusar de un ser vivo.
Adentrándonos un poco a la historia de los circos, Núria Querol mencionó como parte de su origen aquellos tiempos donde los personajes ricos se iban a África y traían animales exóticos para sus colecciones y los exhibían, del mismo modo que mostraban a personas con deformidades o anomalías, como la mujer barbuda y el hombre elefante, ejemplo paradigmático de cómo se llegaba a generar burla a través de un defecto físico o una enfermedad, “la mentalidad que corría por allí era de cosas raras y curiosas, de ahí empezó la acumulación de animales bonitos”.
Sin embargo, con el paso de los años, se ha generado una infinidad de inventos tecnológicos, de lectura, poéticos, teatrales, televisivos, musicales… cantidad de actividades que pueden hacerse desvinculadas del abuso hacia otros seres vivos, por lo que la continuación de una “nefasta tradición” es inaceptable.
Las autoridades encargadas de estos espectáculos insisten en preservar la idea de que está bien que el animal salvaje esté encerrado, que se le golpee para divertir y que además se le aplauda.
“Lo que hace es normalizar el maltrato a los animales hacia el más débil”, como en el caso de las corridas taurinas, con la necesidad del humano de imponerse al más fuerte y dominarlo, “obviamente no se lo van a hacer a un perro chihuahua”, buscan siempre a un símbolo mayor, por lo tanto, según sus estudios puede estar ligado a cuestiones de género, machismo y poder.
“¿Por qué no demostramos mejor que somos más compasivos, empáticos, creativos, capaces de crear cosas positivas, constructivas y dejemos ya de destruir?”.
Legalidad
Si nos vamos a la ley, hay ciudades que se han declarado libres de circos con animales, como Barcelona, donde están prohibidos porque no favorecen a la ciudadanía y además es maltrato animal.
Aunque los circos con animales no están específicamente prohibidos, se está investigando por qué en los municipios donde fueron abolidas las corridas de toros también lo fueron circos y palenques, como Xalapa o Zapopan.
Gustavo Larios, presidente de la Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales (Amedea), destacó que en estricto apego a la normatividad federal, que es la Ley General de Vida Silvestre, no debería haber circos, porque existe la obligación a nivel nacional de que todo aquel aprovechamiento de animales silvestres se realice observando el criterio de trato humanitario, “obviamente un circo cumple cualquier criterio, menos el trato humanitario”, ya que le roba libertad al animal y afecta al ecosistema.
Lo que ha faltado en México es una voluntad política para prohibirlos en definitiva o aceptar que hay una violación a ese criterio; la tendencia nacional llevará a los activistas y autoridades a que se termine prohibiendo, como lo hizo Benito Juárez en 1871, cuando el Código Penal restringió todos los espectáculos con animales, “era congruente porque Juárez comprendía el tener que sacrificar a un animal para comer o vestir, pero no que te diviertas con su sufrimiento”, esto tomando en cuenta que en esa época la situación alimentaria era otra.
“La sociedad claramente ha evolucionado, las encuestas ya dicen que la gente no quiere maltrato a los animales”, por lo tanto el abuso ya no forma parte de lo que se considera aceptable en la mayoría de la sociedad.
Para conseguir la prohibición de estos circos, se requiere tener legisladores con un espíritu de representación popular, conscientes de que si se vive en una democracia, deben atender la voluntad del pueblo.
Mensaje de Núria Querol Viñas a la sociedad aguascalentense
“Mi mensaje es de admiración y agradamiento a todas esas personas que llevan años luchando en un lugar tan complicado, porque es más fácil ser animalista en Barcelona, Estocolmo o Puebla, pero en una ciudad como Aguascalientes es mucho más difícil, por lo tanto tienen mucho mérito la constancia que han demostrado.
“Estoy convencida de que en unos pocos años veremos el fruto del esfuerzo con mejores leyes de protección animal, la prohibición de la escuela taurina y que ese dinero se emplee en cosas que verdaderamente necesiten los ciudadanos y para proteger a los animales”.
Foot: Gerardo González