Con un abrazo solidario para mi amigo y compañero Francisco Javier Chávez Santillán.
Desde el inicio de la campaña de Enrique Peña Nieto, se habló de la idea toral de recuperar el espacio que nuestro país tuvo por mucho tiempo en la esfera internacional, y en especial, por el trabajo que en el pasado se realizó teniendo como soporte los principios de la política exterior, que en innumerables ocasiones permitieron a nuestra nación enarbolar causas justas a favor de naciones mancilladas, oprimidas o amenazadas, por aquellos estados o gobiernos, que quisieron imponer su voluntad sobre ellas, trastocando la más elemental relación internacional que debe estar basada en el principio del respeto entre las naciones.
En estos días en los que se cumple el primer semestre de la administración federal, aún no se visualiza una agenda que nos haga pensar en que se está construyendo la plataforma para reubicar a México, en el rango de influencia que tuvo en el final de la primera mitad del siglo pasado, y mucho menos en el espacio de liderazgo que se generó en la segunda mitad del mismo siglo. Aunque ya se han realizado varios viajes al exterior por parte del Presidente de la República, no se percibe cuál será la línea que permitirá incidir regionalmente en el ámbito latinoamericano, y tampoco cómo se instrumentarán las pautas que permitan que nuestra nación logre participar de mejor manera en espacios multilaterales o en los órganos del Sistema de Naciones Unidas, para desde ahí comenzar a recuperar el espacio que se perdió primordialmente en los 12 años en que el gobierno federal estuvo en las manos del Partido Acción Nacional, y se extravió de forma tan radical la política exterior del país.
A quien sí se ha podido ver muy activo, como en antaño, ha sido al Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, que ha desplegado un importante trabajo en el área internacional, preferentemente en la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (Copppal), la cual de nueva cuenta se encuentra presidida por la dirigencia nacional de este partido, y de igual forma se les ha visto muy interesados en participar en cuanta iniciativa surge desde la Internacional Socialista ( Socialdemocracia), lo cual denota que existe una idea muy clara de cómo reactivar la presencia de este instituto político en las organizaciones internacionales en las que históricamente ha participado, en el caso de la Copppal desde su fundación (de hecho se puede afirmar que este foro fue una idea del PRI), y en la Internacional Socialista, desde hace muchos años como miembro observador, y desde la dirigencia nacional de Beatriz Paredes Rangel, como miembro pleno.
La historia de trabajo internacional de este partido, fue en el siglo pasado, en especial en los 70, 80 y 90, de una gran importancia para el trabajo de unidad entre los partidos progresistas de América Latina, y sirvió para fundamentar una serie de iniciativas regionales de diversa índole, que dieron buenos dividendos a la tradicional idea latinoamericanista.
Hoy de nueva cuenta parece que será desde el PRI, donde se iniciará la recuperación de la presencia internacional de nuestro país, ya que a diferencia de quien se encuentra al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno federal, en el priísmo sí se encuentran cuadros políticos que pueden generar el trabajo necesario para ese fin, y no sólo para temas meramente económicos como al parecer son los que se le han encargado al Canciller. De esta forma podrá empezar a insertarse el partido en el poder, en diversas iniciativas y mecanismos regionales, que surgieron en los años en que nuestro país se ausentó del trabajo internacional regional, y se evitará que haciéndolo desde la cancillería, se pudiera prestar a que se comenzarán con algunos esquemas de enfrentamiento, al poner a comparar la figura de Enrique Peña Nieto, con algunos de los presidentes de la región, que quisieran tomar el lugar vacante que ha quedado al fallecer el presidente venezolano Hugo Chávez, y al ya no ser presidente de Brasil, Lula Da Silva.
Por eso no es casual que en el arranque de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, el invitado especial de Peña Nieto, haya sido precisamente el ex presidente brasileño, que de alguna forma con su presencia avaló el trabajo que está haciendo el jefe del ejecutivo federal mexicano, y con ello, implícitamente lo respalda en la búsqueda de la construcción de un posible nuevo liderazgo regional, o cuando menos lo catapultó para que en las próximas reuniones regionales de mandatarios nacionales, la presencia del mexicano tenga un peso específico por haber recibido el espaldarazo de Lula Da Silva.
Así las cosas será muy interesante seguirle las huellas a César Camacho Quiroz, para saber cuál será la estrategia que su partido implementará para reactivar su presencia internacional, y la misma seguramente se convertirá en una de las tareas más importantes, en cuanto pase la elección del próximo 7 de julio.
En esta tarea del trabajo internacional priísta uno de los máximos estrategas es Gustavo Carbajal Moreno, quien tuvo la gran oportunidad en el sexenio de José López Portillo, de además de ser el dirigente nacional del PRI, ser prácticamente el creador de la Copppal, y hacer política al lado de grandes líderes de la región latinoamericana y caribeña. Recientemente, Carbajal Moreno, junto a otros históricos miembros de este foro regional, como Antonio Cafiero y Nils Castro, realizaron una reunión con la Conferencia Internacional de Partidos Políticos Asiáticos (CIPPA), y dentro de los acuerdos a los que llegaron fue el de promover una reunión mundial de partidos progresistas. Así que a estar atentos a la tarea internacional del PRI.