- El beneficio fue de este grupo minero, jamás de los trabajadores: Juan Sánchez Ortiz
- Iniciaron con la capacitación de 28 personas, ayer congregaron a más de 500
El grupo de agitadores que comenzó a mover a una pequeña parte de los trabajadores de la mina El Coronel, que se ubica en el vecino estado de Zacatecas, en la que se emplea a una gran cantidad de trabajadores de Aguascalientes, jamás tomó ni tomará en cuenta las condiciones en que dejan a las familias de los empleados, ya que únicamente busca alcanzar intereses personales y pasar por encima de la ley, lo cual significa que es un grupo de delincuentes que forma parte del clan de Napoleón Gómez Urrutia, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, así lo indicó Juan Sánchez Ortiz, secretario de capacitación sindical del Comité Ejecutivo Nacional de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
Después de que se realizó el paro por parte de una minoría en la mina El Coronel, con el argumento de que se conseguiría un bono de 80 mil pesos a cada uno de los trabajadores por parte de un grupo de personajes pertenecientes al sindicato que encabeza Napoleón Gómez Urrutia, promesa que era absolutamente falsa, la CROC nacional entró en negociación con la empresa minera Frisco, la cual accedió a comenzar a pagar a los trabajadores, pero bajo la condición de que éstos se sometieran a capacitación laboral en diversos temas, en lo cual coincidieron las partes involucradas.
“Los líderes del sindicato de Napo acudieron a agitar a los trabajadores, que es muy diferente a liderarlos con esa promesa, y los llevaron hasta el paro. La gente quería creer en ellos, sin embargo era un engaño, ya que no había sustento para dicho pago”.
Hace dos semanas que iniciaron las capacitaciones para el trabajo por parte de los representantes sindicales, los empresarios y algunas autoridades interesadas, solamente se contó con la asistencia de 28 personas, pero la cifra fue creciendo, por lo que después fueron 100, 150, hasta que el día de ayer se superaron los 500 asistentes, según los registros que realizó el sindicato.
“Hay una respuesta natural a la legalidad y al pacifismo, ya que a fin de cuentas aquí vivimos y aquí estamos y tenemos que seguir luchando, pero sin llegar a romper esta relación amistosa y de armonía que tenemos… Pero en cuanto a los agitadores, pedimos que no nos lleven a esos niveles, ya que si ellos están cometiendo actos ilícitos, se olvidan de que la principal virtud de los trabajadores y de sus familias es su fuente de empleo”.




