- Sin posibilidad de ofrecer charlas de izquierda, sólo las que dicten PRI-autoridades: Gilberto Gutiérrez
- Hoy las familias deciden entre comer o mandar a sus hijos a la escuela
La impenetrabilidad político partidista que debería mostrar la estructura orgánica de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) no existe, sino por el contrario es una institución que se encuentra secuestrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), con el consentimiento de las autoridades de la institución, así lo manifestó Gilberto Gutiérrez Lara, secretario de Jóvenes del Comité Ejecutivo Estatal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
“En estos momentos, la UAA no cuenta con la más mínima autonomía, ya que tiene pacto con el PRI. Por lo menos, los jóvenes no cuentan con acceso a foros de izquierda, solamente presentan los que a ellos conviene, como lo son los empresariales”.
Gutiérrez Lara señala que en vista de que esta situación no va a cambiar, han optado por la implementación de programas de formación de nuevos cuadros, en los cuales se busca el fomento de valores éticos, civiles y morales, con la intención de que la percepción de los jóvenes sea diferente. “No perdemos de vista que con base en la formación política de los jóvenes, es la forma en que habrán de desarrollarse nuestros próximos representantes populares, por lo que estamos poniendo todo nuestro esfuerzo en ello”.
En cuanto al acceso que brinda la UAA a los estudiantes, el líder de Jóvenes de Morena lamentó que sólo una tercera parte de los solicitantes pueda acceder a un espacio para su formación, y subrayó que es terrible que una parte de los que quedan fuera se vayan a recibir educación en instituciones que no brindan ningún tipo de certeza sobre su nivel académico y calidad educativa.
“Nosotros exigimos que no sólo en las instituciones de educación pública se brinde educación de calidad, sino que lo mismo se haga en las instituciones privadas”.
El líder de los Jóvenes de Morena comparó, con relación al estado en que se encuentra la educación y la economía de las familias, que entre 1988 y 1989, el salario promedio de los trabajadores alcanzaba para comprar tres canastas básicas, pero actualmente, con el salario que se obtiene, solamente se puede acceder a una tercera parte de los 80 productos que conforman la lista básica.
“Esto significa que hoy las familias se encuentran decidiendo entre mandar a sus hijos a la escuela o comer. Pero es evidente que a las autoridades les interesa que mantengamos ese nivel de adormecimiento y que no nos manifestemos en su contra, por lo que es de su interés que mantengamos la educación en el deplorable nivel en que se encuentra”.
Foto: Gerardo González




