Ésta es una de esas cintas que la “crítica seria” hace pedazos pero que a la audiencia común y corriente le encanta y la verdad, yo no he de ser tan seria, pues les aseguro que disfruté muchísimo de Los ilusionistas.
Quizás la película, como los trucos de magia, no sea otra cosa que humo, trucos de espejos —bueno aquí serían CGIs, pero el espíritu es el mismo— y muy poca sustancia, pero si una y otros logran emocionar a su público, han cumplido con su objetivo.
Lo más importante para tener una buena experiencia con este filme es ir decididos a dejarse sorprender y a disfrutar los trucos como si los estuvieran viendo en vivo a través de una ventana, en vez de la pantalla, pues el cine como la magia hacen posible lo imposible, así que si le ponemos demasiada cabeza, lo más seguro es que el acto pierda su brillo y alcancemos a ver el doble fondo en el que se oculta el conejito, perdiendo la oportunidad de divertirnos de verdad.
La historia comienza cuando acompañamos a una figura misteriosa mientras presencia los actos de cuatro diferentes magos: un ilusionista, un mentalista, una escapista y un prestidigitador callejero, todos ellos con métodos muy particulares de realizar su arte para ganar dinero u obtener reconocimiento y fama.
Los cuatro magos reciben una extraña invitación para acudir a una cita en un lugar particular al que sólo pueden acceder combinando sus talentos. El encuentro les marca la vida pues cuando volvemos a verlos tienen un súper espectáculo de primera línea —en el que se presentan como los Cuatro Jinetes— y una misión especial la cual concluirán a lo largo de tres magnas presentaciones.
La actuación de Los jinetes, siempre espectacular, siempre arrogante, abiertamente desafiante y continuamente en la rayita de la legalidad, despierta el interés del mundo entero en general y de un par de grupos en particular:
En primer lugar, están Thaddeus Bradley y su gente, él es un antiguo mago quien se ha pasado al otro bando, y ahora se dedica a revelar ante el público los trucos de sus colegas a cambio de importante sumas de dinero y fama.
En segundo, tenemos al FBI y la Interpol, encabezados por el agente especial Dylan Rhodes y la detective Alma Dray, quienes, a pesar de ir siempre un paso detrás de los ilusionistas, están determinados a hacerlos pagar por sus crímenes.
Dentro de ese ambiente se desarrolla una historia de suspenso, persecuciones, vueltas de tuerca y trucos sensacionales, en las que —si se han dejado atrapar por la magia que la cinta sugiere— podrán apreciar que las cosas que ven, a veces no son lo que parecen, y otras son exactamente lo que parecen, el truco estará en tratar de discernir cuáles son unas y cuáles las otras.
En un momento determinado de la película Daniel Atlas —el líder de Los jinetes— expresa su lema: “acérquense lo más que puedan, pero recuerden entre más cerca estén, menos verán” sugiriendo que el truco siempre está en la periferia de lo que sucede cerca del mago. Sin embargo, esa frase puede entenderse desde otro aspecto relacionado con el filme ya que Los ilusionistas, está hecha para verla desde un par de pasos atrás, apreciando todo en su conjunto, disfrutando el oropel, por decirlo de alguna manera, pues si tratamos de escudriñar la historia bajo un microscopio, nos daremos cuenta de que, si bien la premisa es muy inteligente, el desarrollo se quedó corto, los personajes jamás despliegan su verdadera personalidad y al final, te das cuenta que nada se explicó del todo y que quedaron más cabos sueltos que aquéllos atados —aunque yo creo que esto fue intencional para buscar una secuela—.
Así que como espectadores tenemos una alternativa: o enfrentamos esta película con la inocencia de la niñez, buscando ser “engañados” y sorprendidos por la magia, teniendo un rato de diversión y esparcimiento y mucho tema de conversación para la sobremesa. O bien, la diseccionamos y escudriñamos para exponer “el truco” emulando a Thaddeus Bradley y nos quedamos con la mala experiencia y un mal sabor de boca, ¿ustedes cuál eligen?
Productor: Alex Kurtzman, Roberto Orci y Bobby Cohen; director: Louis Leterrier; guión: Ed Solomon, Boaz Yakin y Edward Ricourt; fotografía: Larry Fong y Mitchell Amundsen; edición: Robert Leighton y Vincent Tabaillon; música: Brian Tyler; elenco: Jesse Eisenberg, Mark Ruffalo, Woody Harrelson, Mélanie Laurent, Isla Fisher, Dave Franco, Common, José Garcia, Michael Caine y Morgan Freeman; duración: 1 hora 56 minutos.




