- Esofagitis, reflujo gastrointestinal y gastritis son consecuencias del consumo prolongado
- Las bebidas dulces han favorecido la diabetes en México
El debate legislativo por el impuesto de dos pesos a las bebidas azucaradas ha producido constantes choques mediáticos entre refresqueras y asociaciones a favor de la vida saludable.
Mientras las discusiones prosiguen en el Senado de la República, Raúl Franco Díaz de León, decano del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, recalca que México es el segundo consumidor mundial de gaseosas, sólo detrás de Estados Unidos.
“Se ha considerado que estas bebidas son un factor de riesgo desde hace varios años, son detonante de las enfermedades crónico degenerativas. (Elementos como) la edad, el tabaquismo, la vida sedentaria, la ingesta de sal, nuestra dieta alta en grasas y en hidratos de carbono, aunado a la ingesta de estas bebidas, han contribuido a que en nuestro país haya más diabéticos y más hipertensos”.
La glucosa, los azúcares y los conservadores presentes en los refrescos aumentan la presión arterial.
“Lo que sugerimos médicos y nutriólogos es que ingiramos agua natural o agua de frutas, incluso sin azúcar, en lugar de estas bebidas. Desgraciadamente la costumbre en nuestro país es preferir un refresco en lugar de leche, en lugar de jugos de frutas o jugos de verduras”.
–¿Si a una persona obesa se le retira el refresco muestra mejorías?
–Si lo deja de consumir, se pone a hacer ejercicio y consume verduras, frutas y va cambiando su estilo de vida, puede bajar de peso, puede tener una mejor presión arterial, su enfermedad arterioesclerosa va a detenerse un poquito, no progresa.
El decano insiste en que “es recomendable disminuir en el país el consumo (de refresco)… sería benéfico para la salud pública de nuestro país ir contrarrestando estos factores de riesgo”.
–¿Hay alguna porción saludable de refresco, o nunca hay que tomarlo?
–Ocasionalmente un refresco no nos va a hacer daño, lo malo es el consumo excesivo… incluso a veces causa gastritis, el Ph de los refrescos es ácido, causa esofagitis y reflujo gastrointestinal.
Raúl Franco no cree que el eventual encarecimiento de estos productos implique mejoras automáticas. La solución, señala, está en la educación, pues al consumidor no enterado de los efectos de las gaseosas poco importarán los nuevos precios.
La instrucción nutrimental “es un tema importantísimo actualmente. Como no se ha llevado una educación en alimentación estamos viendo las consecuencias, la crisis en las instituciones de salud por tanto paciente con enfermedades crónico degenerativas”.
–¿Se sabe si el refresco es adictivo?
–Más que adicción es el sabor, a las personas les causa un sabor agradable, lo combinan con nuestra comida mexicana. No podemos decir que es adicción, son costumbres muy arraigadas en nuestras familias.
Foto: Gilberto Barrón.




