Por Sergio Alonso Campos González
El pasado lunes 30 de septiembre apareció en este periódico un artículo de opinión firmado por Nora Ruvalcaba Gámez titulado La cumbre ‘iberoamericana’ de la simulación, con motivo de ese artículo me gustaría hacer algunos comentarios a la autora. No me detendré ni centraré mis comentarios en torno a la forma del texto, es decir su redacción accidentada, sino más bien en torno al fondo, a sus ideas y a las acusaciones que lanza.
La principal acusación que la Lic. Nora lanzó en su artículo a la II Cumbre Iberoamericana de Agendas Locales de Género realizada en nuestra ciudad del 23 al 27 de septiembre pasado giró en torno a que dicho evento fue una simulación. Simulación en varios sentidos, y aquí utilizo las ideas vertidas por la autora: primero al constituirse en un evento de meras complacencias y autoelogios entre priistas; segundo, al considerar que la equidad de género se puede lograr de decreto; tercero, al hecho de que para la autora la cumbre no fue iberoamericana, pues se tuvo que hacer uso de los acarreados de municipio; y cuarto, porque la cumbre no sirvió para establecer un diálogo en pro de la equidad de género sino más bien como evento político a favor de la imagen de la alcaldesa Lorena Martínez.
En primer lugar considero que es lógico y sano que la Lic. Ruvalcaba mantenga una posición crítica pues ella es parte de la oposición. Sin embargo, creo que ha asumido el papel de la oposición recalcitrante. Uno de los errores más comunes cuando se es oposición aquí en México es caer en la mezquindad, y creo que Nora Ruvalcaba cometió ese error al arremeter de esa forma contra la cumbre. Y explico por qué lo considero así. De manera personal yo fui uno de los tantos participantes -como público- de la II Cumbre Iberoamericana de Agendas Locales de Género. Acudí todos los días a los distintos paneles que estaban organizados en torno a temas sobre políticas públicas y perspectiva de género, violencia, etc. Así que mis comentarios y la defensa que aquí hago sobre la cumbre es a partir de mi experiencia personal en el evento. Y no, a diferencia de lo que se pueda pensar, no soy un empleado de municipio o priista acarreado, mi curiosidad y motivo por estar ahí era meramente académico y mi asistencia fue voluntaria.
En ese sentido, me llama la atención que Nora haya emitido sus juicios y críticas sin siquiera haberse acercado a la cumbre, pues al menos yo nunca vi que asistiera por su propio pie a alguno de los paneles. Es como quien dice que no le gusta algún platillo sin siquiera probarlo. Y bueno, ella está en su derecho de opinar, solo hago ese comentario, pues me parece importante llamar la atención sobre ese hecho.
Ahora bien, con respecto a la supuesta simulación, creo que es grave, pues de por medio está la participación de muchas feministas, tanto académicas como líderes de organizaciones de la sociedad civil y tomadoras de decisión, que estaban ahí y que evidencian que el evento verdaderamente convocó a mujeres de toda Iberoamérica, españolas, argentinas, colombianas, paraguayas, peruanas, chilenas, cubanas, brasileñas, mexicanas, etc.; yo platiqué con algunas de ellas y escuché a otras más. Ahí está Ana Falú, profesora investigadora argentina, Alejandra Massolo, antropóloga argentina que ha desarrollado su vida académica en México, María Ángeles Durán, socióloga española, Flavia Tello española especialista en temas de género, Luz Haro, ecuatoriana y luchadora por los derechos de las mujeres rurales, y otras mujeres más que viajaron desde sus países para hablar y escuchar acerca de los derechos de las mujeres y la perspectiva de género.
¿Que si había empleados de municipio? Por supuesto, pero no comparto la idea de que eran acarreados, más bien estaban ahí como un ejercicio de aprendizaje y de enriquecimiento para sus actividades. Ahí estaban las promotoras de la delegación Morelos o de la delegación Jesús Terán, las voluntarias del DIF, tomando notas sobre lo que hablaban las compañeras latinoamericanas y sus experiencias de refugios para mujeres víctimas de violencia en el Perú, y sobrecogidas cuando escucharon de los casos de las mujeres cuyas parejas les quemaron la cara con ácido en Colombia. Me parece que eso no fue ninguna simulación. Sí, también estaban los José Luis Proa, los Roberto Tavarez, los Isidoro Armendáriz, los secretarios de servicios públicos, de administración, etc. y ellos ciertamente estaban en un ejercicio de simulación política. Estaban ahí por Lorena Martínez, entretenidos con sus celulares y platicando. Pero ellos no fueron los más, ellos no fueron la cumbre.
Y sí, es cierto, como dice Nora, la equidad no se puede lograr por decreto. Sería absurdo pensar que eso es posible. Sin embargo esa es una acusación fuera de cualquier proporción e injusta, pues ni la cumbre, ni las mujeres que en ella participaron nunca se propusieron acabar con la dominación masculina de la sociedad de manera mágica con decretos. Esa no era la naturaleza de la cumbre, por el contrario, se trató de hacer llamados de atención a realizar cambios sustanciales a la cultura machista dominante y al patriarcado desde un discurso feminista. Y en ese sentido considero que se dio un verdadero ejercicio de diálogo entre los participantes donde no privó un discurso meramente desde la administración pública, sino también estuvo presente la academia y las ONG’s.
Claro que fue un evento político, sería ingenuo pensar que no lo fue. Claro que sirvió para lanzar la imagen de Lorena Martínez, pero ¿no habría hecho lo mismo usted Sra. Ruvalcaba? Sin embargo, hay que reconocer algo, y es el compromiso real que tiene la alcaldesa y su directora del IMMA, la Lic. Verona Valencia con la causa feminista y de la perspectiva de género.
Mis comentarios al artículo de la Lic. Nora Ruvalcaba van en el sentido de que la oposición, y en este caso la oposición de izquierda debe evitar caer en la mezquindad. El reconocimiento de que algo se ha hecho bien, aun cuando haya sido realizado por un gobierno de un partido ajeno al propio no implica la negación de los principios, ni comprometer la integridad ideológica. Si implica, por el contrario, contar con madurez política suficiente para reconocer virtudes ajenas.
Finalmente me gustaría llamar la atención sobre un asunto que dejó fuera la Sra. Nora Ruvalcaba y que me parece si puede ser motivo de crítica. Me refiero a lo concerniente al gasto hecho en la organización de la cumbre. ¿Cuánto gastó el gobierno municipal en la realización de este evento que duró una semana? Y que ciertamente no debió ser barato, es una pregunta que la ex perredista no hizo, y que es completamente legítima y que tendría que hacer una oposición que se dice crítica. ¿O será que Nora Ruvalcaba también juega a la simulación política?
Mi Twitter: @Sergi0Campos
Mi e-mail: camposgonzalezsergio@gmail.com




