Perversión fascista para Stalin
decadencia comunista para Hitler
vicio católico para los hugonotes
vicio hugonote para los católicos…
Si los sexos, obtusos, transversales,
si tangentes, paralelos, diagonales…
Chivo expiatorio-Liliana Felipe
¿Y hasta cuándo la iglesia católica va a respetar la ley?, ¿hasta cuándo sus representantes van a entender el límite que les pone el estado laico bajo el que México se ha declarado? porque, como todos los grupos de poder, la iglesia parece ser intocable para la ley, si usted no lo cree, basta revisar el largo historial de declaraciones homofóbicas, lesbofóbicas y sexistas que continuamente hacen sin sanción al menos por promover la discriminación y el odio.
En días pasados el obispo local declaró su inconformidad y arremetió contra algunas diputadas y diputados del Partido Revolucionario Institucional, específicamente quienes presiden el congreso en Jalisco. Su rabieta vino por la aprobación de la Ley de Libre Convivencia aprobada en el vecino estado, que dará paso al reconocimiento de parejas del mismo sexo. El sacerdote puede externar su opinión o indignación por no estar de acuerdo con la legislación que se realiza. Ese es su derecho. Pero el derecho que nos ampara a las otras más de cien millones de personas que vivimos en este país es el derecho a la dignidad, a la igualdad, el derecho a que nuestras diferencias no se tornen en inequidades. Por ejemplo si él es católico, por más atroz que parezca que a estas alturas todavía haya quien empuñe una cruz en son de guerra, es su derecho la libre creencia religiosa. Igual que la gente que tiene otra religión o que no tiene religión.
Si el señor obispo es heterosexual, pero no lo practica también es su derecho, habrá algo en su historia que le haga reafirmarse como heterosexual y por eso defiende esa actividad como “normal”. Pero si hay otra enorme gama de gustos, placeres, deseos, estos igualmente tienen derecho de expresarse en lo privado y lo público, derecho a que existan leyes que amparen y reconozcan a este sector de la sociedad porque de eso se trata la justicia.
Cuando un curita sale y dice en la plaza de un pueblito, de una comunidad o de la urbe humana que las relaciones de parejas del mismo sexo, las familias diversas, sólo suman más a la descomposición social, y se atreve a ponerlas al nivel del narcotráfico y de la violencia que se ha desatado por todo el país, sin duda está promoviendo el odio a las personas distintas a las heterosexuales. Un acto por cierto nada humano, nada humilde y mucho menos comprensivo.
La hipocresía eclesiástica no tiene límites, mire, según Stanislao Dziwisz, quien fuera secretario personal de Karol Wojtyla (Juan Pablo II), los abusos sexuales cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, no fueron conocidos por Wojtyla, sin embargo las familias y quienes fueron víctimas del criminal Maciel, aseguran que Juan Pablo sabía perfectamente y tuvo en sus manos expedientes y las declaraciones de los hechos que le narraron tantas víctimas.
Por otro lado, fue el mismo Karol Wojtyla quien nombró obispo a Josef Wesolowski acusado de haber abusado sexualmente de menores y de administrar una red de pornografía infantil que almacenaba 87 mil fotografías y videos, en República Dominicana. Aunque el sacerdote fue destituido por sus actos de pederastia, la iglesia prefiere guardar silencio y no nombra a Wesolowski que era quien pagaba por fotografiar a niños pobres del Caribe, por obligarlos a tener actos sexuales o a vestirse femeninamente.
¿Acaso no es crimen organizado? Una red de pornografía infantil que funcionó en los países más pobres de América Latina, los del Caribe, que involucró a sacerdotes, seminaristas y diáconos aunque ahora muchos de ellos se hayan dado a la fuga.
Esa es la paja de la que hablo, la viga que no quieren ver los sacerdotes moralinos que sentencian y promueven el odio de homosexuales, lesbianas y transgéneros principalmente, cuando de esos cuerpos se han servido por la buena o por la mala, una y otra vez. Entonces qué es lo que más daña a la sociedad ¿estos depravados de sotana a quienes nadie les pone un alto? o ¿el reconocimiento de los derechos de todas esas personas no heterosexuales de quienes histórica y sistemáticamente han abusado?
Esa amenaza de que los obispos de la región occidente del país harán una carta en protesta por la legislación que aprueba la Ley de Libre Convivencia, desearíamos haberla visto denunciando a los sacerdotes pederastas. Finalmente si tanto se oponen al reconocimiento de derechos de la diversidad sexual es porque les conviene que sigamos siendo un sector marginal, eso les deja su ventaja intacta, su añorado poder eterno, ¿para qué?
Así que la siguiente vez que salgan estos hombres con sotana y nos amaguen con protestar y moverse políticamente para arrebatarnos nuestros derechos, les recordaremos que no estamos más en la disposición de seguir siendo su pecado reprimido “si lesbianas, si gay´s, si bisexuales, si transgéneros, travestis, transexuales, hermafroditas, intersexos, asexuales, no se nos hizo ser heterosexuales…” Mejor no lo pudo haber dicho Liliana Felipe, la memoria durante siglos de la diversidad sexual ha sabido ser el chivo expiatorio de la intolerancia, del fundamentalismo y el fascismo, aunque en las sombras de sus recintos sea como dice la misma Liliana, un vicio católico.
Fuente: Semanario Proceso No. 1931
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