- Está considerada como zona de vivienda; desde el año pasado se detectaron agujeros de gran profundidad
- Los arroyos, además de ser un punto de extracción de arena, grava y piedra, son un depósito de desechos y escombro
La microcuenca de los Cobos, zona que se ubica al sur oriente de la ciudad y que cuenta con aproximadamente cinco mil hectáreas, las cuales se dividen en propiedad privada, municipal y federal, podría ser fraccionada pues se han encontrado registros de pruebas para conocer el grado de compactación del suelo; declaró David Ángeles Castañeda, secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semadesu).
Mencionó que desde el año pasado se detectaron agujeros de gran profundidad que resultan luego de realizarse las pruebas de mecánica de los suelos, “yo me imagino que quieren construir casas porque, si ustedes se dan cuenta, cerca del lugar ya hay fraccionamientos nuevos”.
El titular de Semadesu informó que la microcuenca de los Cobos, dentro del programa de Desarrollo Urbano del municipio de Aguascalientes, está considerada como una zona de vivienda, “tiene considerado ese lugar como desarrollo de vivienda, entonces tarde o temprano va a ir desapareciendo”, aseveró que expansión de la ciudad tiene como consecuencia la cobertura con una plancha asfáltica de zonas con gran importancia ambiental.
La microcuenca de los Cobos es además un punto de extracción de arena, grava y piedra, así como un depósito de desechos y escombro, “el problema que tiene el arroyo de los Cobos es el que presenta la mayor parte de los arroyos de Aguascalientes”, fue en el mes de febrero del 2013 cuando un Comité de Vigilancia denunció la caza indiscriminada, saqueo de materiales pétreos, tiraderos ilegales de basura y tala de árboles, situación que sigue ocurriendo.
“Hay en el lugar, asentadas, ladrilleras que todos los deshechos los ponen ahí en el arroyo, hay personas que son vecinas del lugar y que van y tiran escombro, impactando el área porque es un área de tipo forestal, probablemente esas mismas personas extraen arena dejando expuesta la corteza de la tierra y el propio socavón que están dejando”.
Esta zona, además de ser un arroyo afluente del río San Pedro y tener la función de recarga natural acuífera, tiene vestigios arqueológicos, los cuales han sido destruidos por el peso de los camiones que entran al perímetro.
Ángeles Castañeda refirió que la solución para proteger la zona es buscar la determinación de área natural protegida así como incrementar la vigilancia por parte de la ciudadanía y los tres órdenes de gobierno, “primero decretarla como área natural protegida y después ver la posibilidad de que municipio le comprara a los ejidatarios el lugar, o el Gobierno del Estado o la federación”.
Para proteger la zona se requiere realizar un plan de manejo que se someta a consideración tanto de municipio como del estado, sin embargo hasta el momento no ha existido una iniciativa por proteger esta zona.
Apuntó que, así como este arroyo, otros afluentes como los arroyos de la Hacienda, El Molino, San Francisco y Don Pascual, tienen grandes implicaciones por la basura y ensanchamiento de los cauces con las excavaciones, “todo eso está afectando la principal vena que es el río San Pedro”.
Al respecto del río San Pedro dijo también están haciendo extracciones provocando que se expongan las raíces de los sabinos, “ahí se corre el peligro que con las lluvias podrían caerse los árboles y deformarse el río”.
Finalmente, aseveró que cerca de 200 ambientalistas acudieron a una reunión de la Secretaría con la finalidad de presentar proyectos para el Plan de Desarrollo Municipal, “muchas de las propuestas coincidieron en la decretación de áreas naturales protegidas, como son La Pona, El Jagüey, el sitio donde se encuentra la rana de madriguera, y los Cobos”, zonas que describió como los pulmones que tiene Aguascalientes dentro de la ciudad.
Foto: Gilberto Barrón
