- Casi 8 años le costó a Edson Caballero Trujillo producir, rodar, editar y distribuir el documental
- Pretende hacer una reflexión en la población y lograr que se mantengan un poco estas culturas que están desapareciendo
Tras casi ocho años de trabajo, el cineasta mixteco Edson Caballero Trujillo logró concretar su proyecto Atempa, sueños a orillas del río, una película que retrata la comunidad de San Blas Atempa, un pueblo heroico en la defensa de la invasión francesa a México; según el creador, es un relato de la vida de esta comunidad Istmeña en la época actual, a partir de las historias de tres de sus habitantes (Tino, Raciel y Maira), centrada en Tino y su sueño de ser quinceañera y reina “muxe”. Siendo un niño homosexual zapoteco asume el rol de niña para desarrollar su feminidad adolescente, busca solucionar su pasado y su economía pese a las carencias sociales.
Atempa compite para mejor largometraje en el Festival Internacional de Cine de Aguascalientes con un tema duro pero real, pues ésta es una comunidad discriminada, separada de toda la cosmovisión transnacional de la economía y el desarrollo cultural. Siendo una de sus primeras producciones, relata que esta comunidad mantuvo esa cultura zapoteca, su lengua, usos y costumbres a pesar de todo lo que sucede a su alrededor, muestra el desarrollo de un muxe de los once a los 16 años, todo como pretexto para mostrar la comunidad de este pueblo.
“Hemos sido arrebatados durante años y discriminados, me incluyo porque mi familia es mixteca de la zona alta de Oaxaca, de alguna manera yo vi a mi familia que le daba vergüenza decir que eran indios y que venían de un pueblo”, ahora con la globalización son muy pocos los pueblos que prevalecen y conservan lo poco que tienen, su identidad y costumbres de sobrevivir del campo y algunos oficios.
Una de las finalidades de Edson Caballero Trujillo, fue hacer una reflexión en la población y lograr que se mantengan un poco estas culturas para que a pesar de que se fusionen nunca pierdas sus orígenes. Un ejemplo claro es que en las fiestas tradicionales se cambió el papel por el plástico en los adornos, pero siguen haciéndolas con el mismo sentido, “está más que nada enfocada en los derechos humanos, lo derechos sexuales, los agrarios y terrenales”.
Además de Aguascalientes, Atempa ha sido presentada en los festivales de Puebla, Morelia y Guanajuato, y pretende continuar su camino por más estados con el objetivo de poderse presentar en algunos cines comerciales, televisoras culturales y festivales culturales. Lo cierto es que los espacios de exhibición para trabajos independientes como éste son escasos y los apoyos para poder pagar la distribución también, lamentablemente para el creador, el apoyo al cine mexicano es todavía complicado de conseguir si no tiene una figura de renombre que te respalde, “desde el presidente Vicente Fox hemos tenido broncas de recursos, nos han recortado todos los presupuesto para cultural y ahora más con Peña Nieto”, manteniendo un estado de bache sin salida.
A pesar de la problemática financiera, la industria cinematográfica mexicana no se ha parado, sino por el contrario se ha fortalecido, “los cineastas independientes no podemos detenernos aunque nos cueste más trabajo pero debemos seguir produciendo para que México resalte y crezca en este medio”. En su caso, en un inicio su producción tuvo que ser costeada por su propio bolsillo, consiguiendo patrocinios y trabajado en otras cosas para conseguir el dinero, “en el 2008 gané una beca estatal de 45 mil pesos pero la película me costó como 600 mil”.
El hecho de que el producto se financie por el propio creador, causa que el tiempo de creación se alargue más de lo planeado, este fue el caso de Atempa, pues para el 2006 Edson se desbalanceó con el problema económico de Oaxaca, orillándolo a tardarse más en la producción, de tres años planeados, se llevó más de cinco en el rodaje y el resto en editarla y exhibirla.
Foto: Roberto Guerra
