- 23 personas se atienden voluntariamente con terapias sicológicas individuales y de grupo con modelos especiales
- Los CAPIV trabajarán de la mano con el Centro de Justicia para Mujeres que abrirá este año
A tres meses de implementado el programa de nuevas masculinidades del Instituto Aguascalientes de las Mujeres en los Centros de Atención y Prevención Integral a la Violencia de Género (CAPIV), se encuentran recibiendo terapia un grupo de 23 hombres agresores, todos por voluntad propia.
Ya que atender sólo a la mujer violentada no resuelve el problema, estos talleres se crearon para atender el “flagelo de la violencia”, como lo llaman los terapeutas, en donde llevan un proceso de atención sicológica con terapias individuales para luego pasar a las grupales como un modelo parecido al usado con los alcohólicos anónimos en donde se asumen como tal y empiezan a buscar la solución de su problema escuchando las experiencias de otros hombres que se encuentran en las mismas circunstancias.
Este primer grupo de 23 hombres que comenzaron en el mes de enero fueron vinculados a través de los propios CAPIV al atender a la víctima de violencia (a la mujer) mientras que otros solicitaron ayuda por su propia voluntad. La semana pasada el Instituto recibió a un joven de la Casa del Adolescente que si bien no es un agresor fuerte se acercó a pedir ayuda por su problema con la violencia hacia la mujer.
El trabajo sicológico es parecido al que se le ofrece a las víctimas aunque en este caso está encaminado a trabajar el contexto del porqué agrede, identificar el proceso de violencia en el que se han incluido y de dónde viene tal situación, hacerle visible el daño que están generando a todo su entorno familiar y a ellos mismos.
Ya que la violencia va de la mano con los delitos, los CAPIV deben tener una vinculación total con la Procuraduría de Justicia que para este año pretenden vincularse específicamente con el Centro de Justicia para Mujeres, ya que este 2014 comienza a operar. Por ahora ya se han tenido reuniones con el procurador del estado para trabajar modelos de atención homologados y protocolos de atención que estén iguales ya que en muchas ocasiones cada instancia que atiende la violencia a la mujer trabaja un modelo distinto confundiendo a la víctima.
Foto: Gerardo González