- La iglesia católica respeta a los homosexuales pero no aprueba sus conductas y menos el matrimonio entre ellos
- El artículo 130 constitucional establece la separación de la iglesia de los actos del estado civil por ser competencia de las autoridades administrativas
Tras su visita al Vaticano con el papa Francisco, el obispo de Aguascalientes José María de la Torre Martín, fijó su posicionamiento ante la probabilidad de que en el Congreso del Estado llegue a trabajarse un proyecto de reforma al Código Civil para que el matrimonio igualitario sea legal así como sucedió en el Distrito Federal; sin dar paso a cuestionamientos de la prensa el obispo dio lectura a una parte del documento de la Sagrada Congregación de la Fe, aprobado por el papa Juan Pablo II en marzo del 2003, en materia del comportamiento de los políticos católicos ante legislaciones favorables a las uniones homosexuales.
“Si todos los fieles están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales, los políticos católicos lo están en modo especial según su responsabilidad de fe; ante proyectos de ley a favor de este tipo de uniones el parlamentario católico tiene el deber moral de expresar públicamente su desacuerdo y votar en contra, pues es un acto gravemente inmoral hacer lo contrario”.
Cuando un parlamentario tiene que afrontar la aprobación de un proceso de esta naturaleza, De la Torre Martín aseveró que siempre debe dar testimonio de su fe católica y oponerse a este tipo de situaciones, aunque esto no tendría validez constitucional ya que el artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos de México manifiesta que el principio histórico de la separación del estado y las iglesias orienta las normas contenidas en el presente artículo, por lo tanto las iglesias y demás agrupaciones religiosas se deberán sujetar a la ley. Así como dejar estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones políticas cuyo título tenga alguna palabra o indicación cualquiera que la relacione con alguna confesión religiosa.
Aún así el obispo continuó manifestando que en el caso de que ya se establezca tal proyecto como ejecutable los parlamentarios católicos deberán de buscar elementos que mitiguen el daño como el que no tengan derecho a adoptar hijos, “no pueden renegar de su fe creyente si se dicen católicos pero se van por la libre, entonces no son católicos”; reconoció que la iglesia enseña el respeto hacia las personas homosexuales, pero no la aprobación del comportamiento homosexual, ni que se legisle a favor de las uniones homosexuales.
Según el documento interpretado por el obispo de Aguascalientes, el que se reconozcan legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, así como ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad, “es que el mundo confundió las palabras del papa Francisco con respecto a los homosexuales, él dijo que si un homosexual viene con él arrepentido no puede negarle la absolución pero resaltó la palabra arrepentido”; refiriendo que un católico no puede estar en contra de la doctrina por lo tanto no debe actuar “indecentemente”, es decir, estando en pareja homosexual.
Concluyó tajantemente con la postura de que si los homosexuales quieren defender a sus amantes legalmente, pueden usar el testamento para que no se queden sin recursos cuando uno falte, pero no por medio del sagrado matrimonio, de ahí su insistencia en que este tipo de situaciones deben estar consensuadas con toda la población, no sólo con las minorías, aclarando que esto no se trata de discriminación sino que simplemente “ellos no tienen derecho” así como no hay derecho a abortar ni a la eutanasia por ir en contra de la naturaleza y por no reportar ningún bien a la sociedad.
En la última parte del artículo 130 constitucional esclarece que los actos del estado civil de las personas son de la exclusiva competencia de las autoridades administrativas en los términos que establezcan las leyes, por lo que tendrán la fuerza y validez que las mismas les atribuyan; a pesar de haber sido cuestionado sobre dicho artículo decidió no responder más allá de las bendiciones tradicionales y se retiró del lugar.