- Programa Vuela Palabra de fomento a la lectura en el Instituto Municipal para la Cultura (IMAC)
- La colonia Insurgentes, Morelos y Pilar Blanco son áreas prioritarias para el programa de fomento a la lectura
A poco más de cuatro meses de haber iniciado con el programa Vuela Palabra de fomento a la lectura en el Instituto Municipal para la Cultura (IMAC), Rocío Castro Fernández, titular del programa, reconoció tener una respuesta afortunada pero no triunfalista, pues apenas se está concluyendo con la primera etapa para iniciar en agosto con el nuevo público: los jóvenes.
La propuesta está que la lectura no sea sólo literatura escrita sino todos los elementos con los que se cuentan en la actualidad, incluyendo los formatos multimedia; recientemente en el evento conmemorativo del natalicio de Efraín Huerta se presentaron actividades en las bibliotecas de Insurgentes, Morelos y Municipio Libre en donde con niños de primarias cercanas se llevaron actividades lúdicas.
El juego y la activación física es parte fundamental de Vuela Palabra pues de pronto la lectura es asociada con la escuela y aburrimiento, por lo tanto se ha trabajado en ligarla con otras actividades como pintura, música, rondas y juegos tradicionales, de tal manera que se van ejercitando las posibilidades del lenguaje, sin que sea específicamente la literatura leída.
Las actividades consistieron en que los niños elaboraron alguna actividad mientras otros leían un poema, un dibujante empezaba a trazar mientras los niños cantaban y eso se reproducía para revelar de qué se trataba el poema, “todas son estrategias que ya se conocen pero que deben ser rotadas constantemente pues siempre son efectivas”.
En las bibliotecas municipales existen dos tipos de usuario, los niños que llevan y los que ya son asiduos a asistir, en el primer caso la respuesta es mucho más favorable pues llegan sin ninguna expectativa y al proponerles algo más atractivo con trabajo de motricidad sin que tengan que estar estáticos, no hay necesidad de un descontrol, “nos percatamos que el control se da por el ánimo de participar”, en la colonia Insurgentes por ejemplo fue muy claro que, al tener a todos los niños participando en todas las actividades, no hubo problemas de atención; el objetivo es que a partir de su imaginación busquen qué pueden hacer con la lectura y su vida cotidiana.
El trabajo de Vuela Palabra se ha apoyado de las Unidades de Exploración Artística, esta área fue quien efectuó la parte diagnóstica para determinar en qué áreas se daba esta fragilidad lectora; la estrategia de dejar a los niños solos en una biblioteca es sólo para lectores ya consolidados, pero si se trata de generar públicos hay que acompañarlos, sugerir, invitar y seducir, por ello mucho del trabajo de este instituto es a través del conjunto de disciplinas en una misma actividad.
Según Castro Fernández, en general las bibliotecas tienen usuarios funcionales y habituales pero fuera de ellos el panorama no varía, existen áreas prioritarias como la Insurgentes que tiene una biblioteca bastante agrandada y acondicionada con material lúdico, además de estar cercada de escuelas que se podrán convertir en usuarias. Las colonias de Morelos y Pilar Blanco son otras de las áreas prioritarias por ser zonas de incidencia con situaciones sociales particulares que en muchas de las ocasiones afectan el desarrollo educativo de los niños.
La lectura puede llegar a considerarse como una herramienta más para el cambio social pero no la única, para la encargada de Vuela Palabra sería muy iluso pensar que a través de un solo programa se pudiera combatir muchas de las deficiencias sociales, pero si se dan alternativas de esparcimientos y de aprovechar los espacios públicos hay más posibilidades de que el ocio no les gane y se conviertan en delincuentes, claro que esto tiene que ir de la mano con otros programas afines a estimular estas áreas vulnerables; “nuestro trabajo es mantener a los niños ocupados en cosas productivas, recordarles el valor de la fantasía, la introspección y su inteligencia, que en ocasiones se las vendemos pero no les damos oportunidad para ejercitarlas”,
En la primera etapa del programa se decidió trabajar con niños de seis a doce años por ser quienes utilizan más las bibliotecas municipales, sin embargo para la siguiente etapa estará ligada a los jóvenes de secundaria y bachillerato junto con las Unidades de Exploración Artística con piloto de talleres de lectura en el CETIS 80 que también incluyen actividades lúdicas, pero acordes a su edad.




