¿Conocen esa sensación de nerviosa anticipación que invade cuando estamos esperando una secuela? ¿Esa inquietud de no poder aguardar más a que llegue pero, al mismo tiempo, no querer que pase, por si acaso esa continuación de la historia venga a echar a perder la primera?
Esa era yo en espera de la segunda entrega de Cómo entrenar a tu dragón, puesto que amé la primera película, la cual me enamoró desde la historia hasta el más ínfimo detalle y, tiendo a no confiar mucho en Hollywood cuando se engolosina con una historia que les deja millones de dólares en taquilla y mercadotecnia.
Afortunadamente, la espera de cuatro años no fue en balde y DreamWorks hizo un excelente trabajo para cumplir las expectativas de sus fanáticos más aguerridos, Cómo entrenar a tu dragón 2 resultó ser todo lo que imaginaba y mucho más.
Hablando de la parte visual sólo puedo decir ¡guau! qué manera de aprovechar todas las linduras de la tecnología moderna para crear magia en la pantalla, el 3D plenamente justificado y aprovechado, de lo mejor que he visto en ese sentido, aunque lo mismo se puede decir desde la primera parte, así que tal vez, no hubo mucha cosa nueva en ese aspecto, seguramente los más entendidos en lo referente a animación podrán enumerar todas las novedades y adelantos, pero, para quienes somos más legos en ese sentido, digamos que no se nota una gran diferencia y podemos afirmar que esta cinta alcanzó la barra que la misma franquicia había establecido.
La música mejoró y el ritmo no sufrió ningún detrimento en estos años, quizás hasta mejoró, pero tal vez eso sea por el tipo de trama que se aborda en este largometraje, en el que hay más aventura, viajes, secretos y batallas.
Más allá de todo eso, para mí, la historia es lo mejor de todo, como mamá de un niño que ahora es casi cinco años más grande que cuando esta aventura primero llegó a la pantalla -aunque es unos nueve años menor que el protagonista-, fue un gusto atestiguar el crecimiento de Hipo, ver cómo su desarrollo ha seguido una evolución natural, convirtiéndose en un joven adulto que ha cumplido todas las promesas que se vislumbraban en su adolescencia. El chico pasó de ser un muchachito que tenía inquietudes distintas a las de sus compañeros y a las de su clan, a ser un hombre que sigue alimentando su sed de conocimiento y su inquietud por descubrir lo que hay más allá de las fronteras de Berk.
Cómo entrenar a tu dragón 2 comienza cinco años después del final de la primera cinta, Hipo y sus amigos rondan los 20 años y están comenzando a tomar su lugar entre los vikingos adultos, la transición de Berk de una aldea de cazadores de dragones a una de jinetes de dragón está completa. Todo es paz y felicidad entre los moradores del pueblo. Estoico, sigue siendo el líder y, aunque orgulloso de su hijo, sigue queriendo encasillarlo en lo que él considera que debe ser: el jefe perfecto. Hipo no piensa lo mismo y sigue con sus escapadas, ahora no para entrenar a Chimuelo, sino para perfeccionar sus habilidades de vuelo y para expandir su mundo, es decir, sigue sin querer entrar al molde que su padre ha elaborado para él.
En sus viajes de exploración Hipo, Chimuelo, y Astrid -ahora la novia de nuestro héroe- descubren que existen otros vikingos, cazadores de dragones, que los recolectan para Drogo, un implacable líder que está formando un ejército de estas criaturas. Al mismo tiempo se enteran de que hay otros jinetes de dragón y en su búsqueda de estos últimos encuentran a Valka, un personaje que está estrechamente ligado al pasado de Hipo y con quien el muchacho descubre el porqué él es tan diferente de su padre.
Cómo entrenar a tu dragón 2 es una película que va más allá de ser sólo una explosión de estupendas animaciones, tiene sustancia, en ella pasan cosas buenas, malas y feas, hay diversión, chistes rápidos, acción y, también emoción de diferentes tipos. Aborda valores como la amistad, la lealtad y la importancia de la familia, sin llegar a ser aleccionadora ni moralina, plantea situaciones de la vida que puede ser que no le gusten a todo el mundo, y que, tal vez no sean aptas para los niños más pequeños ni para adultos hiper sensibles, pero que convierten a esta cinta en una experiencia completa y, muy seguramente, en una de las mejores que veremos este verano.
Productora: Bonnie Arnold; Guión y dirección: Dean DeBlois; Animación: Simon Otto; Diseño de producción: Pierre Olivier Vincent; Voces en español: Eleazar Gómez, Idzi Dutkiewicz, Rebeca Patiño, Jessica Giesemann, Leyla Rangel, Héctor Emmanuel Gómez, Carlos Segundo, Ricardo Bautista, Karla Falcón, Héctor Lee, Carlo Vázquez y Gabriel Basurto; Duración: 1 hora 40 minutos.
