- Con el paso del tiempo y la visibilización de la comunidad se perdió el fin de las marchas: Juan Luis Acevez
- En Aguascalientes la comunidad LGBT decidió ya no hacer más marchas de esta naturaleza y celebrar el día en espacios cerrados exclusivos para este sector
La celebración del día del orgullo LBGT a nivel internacional se festeja cada año el 28 de junio, en México esta situación ha sido gravemente criticada incluso por los propios integrantes de la comunidad, Juan Luis Acevez, comunicólogo de profesión y egresado del Programa Institucional de Estudios de la Mujer (PIEM) del Colegio de México, reconoció que este tipo de actividades ya están de cierto modo obsoletas por el proceso que ha cambiado su fin.
Las marchas del orgullo LBGT, vulgarmente conocidas como “marchas del orgullo gay”, se hicieron para personificar los atentados que surgieron en un bar en Nueva York a la comunidad, como una forma de decir “existimos y no pueden más discriminarnos” aunque de una forma exagerada por la situación de no ser aceptados por la sociedad; esto fue entre la década de los 70 y 80 cuando en su momento era una forma de transgresión a su falta de aprobación.
Ahora, como ya es aceptado el que existen lesbianas, homosexuales, transgénero y transexuales, que ya son visibles, el contexto cambia, el discurso político y la imagen es transgresora, “esto ya es fuera de contexto comparativamente con lo que se tenía en sus inicios”, ahora se transforma como un carnaval y personificación de la celebración, la unión y de cierto modo la espectacularización de una demanda social, sin embargo dentro del nuevo contacto ya es algo obsoleto porque ya se logró la visibilización que se busca y ahora la comunidad se enfrenta a algo más complicado: la defensa de sus derechos.
Para Acevez, hay que entender a estas marchas como un proceso cultural en donde se fueron apropiando de distintas formas de expresión bajo ciertos códigos, “es como la Romería en Aguascalientes, este es un acto que se fue considerado con el tiempo como un protocolo religioso-social aprendidos y difundidos por la propia sociedad.
El problema de que se observen como actos ofensivos o transgresores a la vía pública tiene su contexto en la comercialización de las actitudes discriminatorias, por ejemplo, si una edecán es obligada a vestir un bikini y un hombre la toca o la “alburea” en televisión es un acto no ofensivo, pero si algunos individuos de la llamada comunidad LGBT muestra el trasero en la vía pública es agresivo para la sociedad, “podríamos entender que aquí se trata de un espacio público, y en la televisión el espectador tiene la oportunidad de cambiarle de canal”, toda esta carga cultural e ideológica que tienen ciertos individuos que no se asumen como heterosexuales les da pie a participar en la exageración y espectacularización de las marchas.
En Aguascalientes la comunidad LGBT decidió ya no hacer más marchas de esta naturaleza y celebrar el día en espacios cerrados exclusivos para este sector, aquí Juan Luis Acevez destacó que en una ocasión la marcha se distinguió de la ejecutada en el Distrito Federal (considerada la máxima fiesta de comunidad LGBT), por ser liderada por grupos feministas lésbicas lo cual es algo curioso pues dentro de este sector la categoría hombre es privilegiada, la masculinidad es visto como lo principal.
“Me parece que es algo acertado el hecho de ya no espectacularizar la marcha y se concentre en los bares o antros”, considerando que poca gente se va a exponer a asumirse como parte de la comunidad en otros espacios pero al concentrarse en lugares más “privados” la unión y congregación de estos grupos sociales se va fortaleciendo.